Macarena Estévez: «Al futuro hay que mirarlo con los ojos de un bebé»

MERCADOS

25 jun 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Mirar al futuro con los ojos de las generaciones próximas. Esa fue la propuesta que expuso Macarena Estévez, socia emérita de Deloitte, a la hora de analizar el fenómeno de la singularidad tecnológica y la aparición de la inteligencia artificial.

—¿Por qué es tan importante hacerlo desde ese prisma?

— Al futuro hay que mirarlo con los ojos de los niños que aún no nacieron, con los ojos de un bebé. Siempre veo que hablamos del futuro con limitaciones del que pensamos en la vida y no puede ser. Hay que visualizarlo pensando en el qué se van a encontrar y en cómo van a vivir esa realidad aquellos que no nacieron. Con un matiz importante porque ahora les estamos abriendo la puerta desde un punto de vista y, el mundo al que van a entrar, va a ser otro. Esos niños no van a tener nuestra experiencia de vida.

—Dice que caminamos hacia una singularidad tecnológica. ¿Qué significa?

—Que no se evoluciona a una velocidad constante, sino de forma acelerada. Esa aceleración es la que produce la singularidad y matemáticamente eso se va a producir salvo que haya algo que corte esa curva. Nadie sabe muy bien qué va a pasar, pero lo importante de todo esto es que en torno al 2023 sí se nota que hay un crecimiento, pero nada en comparación con lo que viene. Todo eso nos hace estar desbordados, no nos da la cabeza para tanta cosa, ni tampoco a los empresarios para tanto cambio y para tanta frustración. El cambio rápido estresa al ser humano. Mi hipótesis es que estamos en el peor momento, estamos desbordados, pero a medida que vayamos aprendiendo a trabajar con las máquinas, a no tener que controlar todo lo que hacen, vamos a recuperar parte de nuestra vida y vamos a tener más tiempo. Hay que confiar porque eso también va a pasar en las empresas. Los más jóvenes ya tienen esa confianza absoluta.

—Y, ¿cómo se confía más en las máquinas?

— En este punto hay una cosa muy importante que debemos saber y es que hay dos tipos de inteligencia artificial, la industrial y la social. La primera es la que trabaja con procesos, con máquinas. Es una la IA que desarrollamos y que no se equivoca nunca. Y a otra es la IA que ponemos a trabajar con los seres humanos y que no funciona tan bien porque somos erráticos. A esa IA le cuesta manejar nuestros errores. Y ya no sabes se creer a los que están a favor o en contra.

— ¿Cuáles son los pro y los contras de su uso?

— A favor aparecen las mejoras en la salud, la seguridad automotriz, o el acceso a la información. En contra están la desigualdad o los resultados inexactos. Es difícil encontrar un punto de equilibrio, pero sí tengo claro que en el centro de las compañías tienen que estar las máquinas conectadas entre sí porque tenemos acceso a millones de datos en tiempo real y eso es incompatible con los seres humanos. Nosotros no somos capaces de manejar tal cantidad de imágenes o datos. Por eso, la máquina tiene que estar conectada con otra máquina para que alcance su fin.