Federico Delgado «El tiempo de los líderes jerárquicos y con galones pasó»

MERCADOS

MARCOS MÍGUEZ

Director corporativo de Personas, es uno de los 12 autores del libro coordinado por Marcos Martínez Jurado. El Work Café Santander de A Coruña acogerá la presentación del manual el próximo 15 de febrero. «Está pensado para las personas que quieran ser protagonistas de su vida y deseen dejar huella»

04 feb 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Estudió Ciencias Económicas y Empresariales en ICADE y se especializó en Finanzas. Pero a Federico Delgado pronto le picó el gusanillo por la observación del comportamiento humano y la gestión de personas, labores a las que se ha dedicado desde 1997 —bajo diferentes responsabilidades—, en la dirección de RR.HH. Madrileño asentado en A Coruña, comparte conocimientos y experiencias con otros once autores en el libro blanco Liderar en positivo: hacia un nuevo paradigma en el liderazgo de las personas, coordinado por el profesor Marcos Martínez Jurado. La primera presentación prevista en Galicia tendrá lugar en el Work Café Santander de A Coruña el 15 de febrero a las 17.30 horas.

—¿Qué misión se han propuesto?

—En el libro participamos personas de carne y hueso, motivados a compartir nuestra experiencia tras años en el desempeño de la práctica profesional del liderazgo positivo. A todos nos mueve esa necesidad de sumar en favor de una sociedad mejor y aportar nuestro granito de arena desde la humildad y la generosidad para crear empresas más éticas, responsables, respetuosas, humanas y productivas en este mundo VUCA-BANI que nos está tocando vivir. En mi caso, y como profesional apasionado por el desarrollo de personas, mi participación encaja con mi propio propósito de vida: no hay nada que me mueva más que ayudar a los demás a liderar sus propias vidas y acompañarlos en favor de su aprendizaje continuo y su crecimiento personal.

—¿Qué hay detrás del concepto de liderazgo en positivo?

—En general, admiro a todo aquel que se comporta como un líder humus, término del latín que significa tierra. Son profesionales muy pegados a la realidad del terruño y de todo aquel con el que se relaciona en el día a día. Sus fuertes raíces hacia la tierra las fijan en tres ejes: humildad, humanidad y humor. Necesitamos más líderes humanistas de este perfil, aún más cuando parece que la tecnología lo es todo y no es así. El concepto de liderar en positivo pretende mostrar el camino en el cambio hacia un nuevo paradigma en la inspiración de personas y formas de relacionarnos, construido bajo modelos win to win con el que ganamos todos y sin que esto nos haga caer en buenismos.

—¿Cuáles son los errores más comunes en la gestión empresarial?

—El tiempo de los líderes jerárquicos, autoritarios y con galones ya pasó. Ya no funciona el yo ordeno y los demás me obedecen. Hay que liderar con el ejemplo y siendo conscientes de la responsabilidad que supone movilizar equipos de personas. Sin generalizar, sí observo una excesiva preocupación por defender el ego propio e individual de ciertos directivos, más preocupados por su interés individual que por el bien común. Estos jefes tóxicos a los que habría que sacar de los puestos directivos, destacan también por una fuerte ausencia de valores y principios. Creo que no somos aún suficientemente conscientes del daño que hacen, ya que matan a sus propias empresas, al basar sus relaciones en modelos win to lose: para que gane yo has de perder tú. Y, así, a la larga perdemos todos.

—Las prioridades de los trabajadores, ¿también han cambiado?

—En realidad, los profesionales solo piden cuestiones de sentido común como sentir que son aceptados, escuchados y que tienen espacio para aportar a su organización. También valoran pertenecer a una compañía de éxito, con propósito, de la que sentirse orgulloso y respetuosa con las personas. Tras la pandemia, advierto mayor preocupación por la seguridad en el trabajo y por el carácter sostenible de la empresa.

—¿Por dónde empieza el cambio?

—Lo primero sería adoptar una estrategia people centric, poniendo a los equipos y a sus profesionales en el centro de la empresa, desde el CEO como máximo espónsor o patrocinador de este proceso, el consejo de administración, comité de dirección y así, en cascada, hacia abajo. Tiene que haber convencimiento y voluntad real de invertir en personas, para que su rol repercuta en la cuenta de resultados.

—¿Cómo se lleva a la práctica?

—Hay que promover una cultura de bienestar organizacional, invirtiendo tiempo y cariño presupuestario en fomentar un ecosistema abierto al aprendizaje, la formación y el desarrollo profesional. Por otro lado, conocer bien a tu gente, desde una triple óptica: valor actual para la compañía, valor futuro esperado y propias motivaciones personales. También identificar los tipos de talentos y generar planes de acción para cada tipo. Y, por último, implantar proyectos que pongan foco en la salud de tus profesionales, a nivel físico y emocional, pero mucho de salud mental. Hay que fomentar hábitos saludables, impulsar talleres de outdoor training, desarrollar programas de mentoring y coaching de equipos, introducir el mindfulness y, sobre todo, escuchar, escuchar y escuchar a tus equipos.