«Il trovatore», aclamado

Antón de Santiago

CULTURA

osg

05 sep 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Por su intrincado argumento, a Il trovatore, obra de Salvatore Cammarano (libreto) y Giuseppe Verdi (partitura), le es de aplicación aquel famoso dicho italiano «se non è vero, è ben trovato» [si no es verdad, está bien contado]. Y, desde luego, a esta ópera de consagración lo que le da la verosimilitud dramática y narrativa es la dramaturgia musical que aporta Verdi, la subyugante música que le inspiró tan insólito asunto. Es eficiente el primer relato de Ferrando (con un magnífico bajo en Dimitri Ulyanov), formidable la presentación del conflicto con el aria de Leonora, el canto de Manrico el Trovador y la pertinacia del despechado conde de Luna; sugestiva y dramática la escena de la cueva de los gitanos, desde el coro hasta el relato alucinado de Azucena de cómo su madre moría quemada por orden de los Luna, y la más tremenda narración a su presunto hijo Manrico de cómo desde la hoguera la madre le pedía «mi vendica» [véngame, idea fija de la obra que ella finalmente ve realizada] arrojando a la pira al hijo raptado del conde y cómo en la confusión lanza a su propio hijo. Y así hasta la trágica escena final en la que mueren Leonora y Manrico, y la gitana, antes de su propia muerte, consuma la venganza; pasando por la del rapto de Leonora, la condena a la hoguera de Azucena, la boda truncada por la heroica cabaletta Di quella pira y su inexorable do di petto, y la estratagema de Leonora, para salvar a su amado, de darse al conde, previa ingestión de un veneno.

Decía Enrico Caruso que para Il trovatore se necesitaban los cuatro mejores. En esta función inaugural de la Temporada Lírica de A Coruña 2015-2016 estaban de los mejores: Angela Meade, como Leonora, suprema en la última de sus arias; Marianne Cornetti, Azucena, rebosante de energía y dramaticidad; Gregory Kunde, Manrico, belcantista y valiente en la Pira; y Juan Jesús Rodríguez, conde de Luna, cada vez más cerca del canon de un verdadero barítono verdiano. Cantantes de gran calidad: por voz y estilo. Con Ulyanov, debe destacarse la solvencia de Alba López y Badel Albelo. La Orquesta Sinfónica de Galicia, como siempre, excelente, siguiendo la batuta sensible y atenta de Keri-Lynn Wilson; muy correcto el Coro Gaos, que dirige Fernando Briones. Puesta en escena de Mario Pontiggia, austera, funcional y propicia. Todos fueron muy aclamados. Coruña, ciudad musical por excelencia.