La animación basada en el cómic de Paco Roca compite por una candidatura con cintas como «Tintín», «Cars 2» y «Kung Fu Panda 2».
22 ene 2012 . Actualizado a las 19:53 h.Cuenta Manuel Cristóbal, productor cinematográfico, que su amor por Arrugas comenzó en las páginas de un periódico. Era otoño de 2008 y el Ministerio de Cultura había decidió darle el Premio Nacional del Cómic al autor valenciano Paco Roca y su obra Arrugas. A Cristóbal le sorprendió que se premiara a una publicación que trata sobre dos ancianos que viven en una residencia, aparcados por sus familias y, uno de ellos, atrapado por el alzhéimer, esa nube negra, muy negra, que ocupa poco a poco el cerebro hasta dominarlo por completo. Se compró el libro y lo leyó durante el embarazo de su primer hijo. Y lo vio claro. Tenía que llevar a las pantallas al que se ha convertido en uno de los mejores cómics de los últimos años.
El proyecto comenzó a fraguarse con la colaboración entregada de Roca, enseguida se unió al proyecto junto a Ignacio Ferreras, un cortometrjista que había colaborado en series de televisión y otras cintas (como El ilusionista) y que debutaba con esta idea en el mundo del largo.
Y con la responsabilidad de dar vida a uno de los cómics tan conocido, aunque él «no tenía ni idea del libro» porque vive en Edimburgo. El productor hizo de celestino y director e historietista, convertido también en guionista, comenzaron a perfilar el proyecto hace casi tres años. «Me quedé muy sorprendido por la calidad del corto de Ignacio y, a la vez, muy tranquilo al ver el trabajo que había realizado», confiesa Roca mientras su compañero de aventuras asiente con la cabeza al otro lado de la mesa. «Bueno, nadie ve los cortos. Solo los estudiantes de animación», comenta Ferreras con cierta ironía.
Son dos tipos muy diferentes. Roca es parlanchín, muy dado a explicarlo todo con cierta meticulosidad. El realizador, al contrario, es más retraído a explicar este proyecto hecho en Galicia que se estrena el viernes en los cines y que ha tenido una asombrosa recepción.
Arrugas fue presentada en el Festival de San Sebastián y recibió elogios por la ternura que desprende. «Son dibujos para adultos. No tenemos que olvidarnos de eso», añade el realizador.
Durante el otoño, el equipo se pateó festivales, distribuidoras y academias para mostrar la cinta. Hasta que logró dos candidaturas a los Goya a mejor película de animación y mejor guion adaptado (firmado por Roca, Ferreras, Ángel de la Cruz y Rosanna Cecchini) y se convirtió en una de las cintas candidatas a entrar en las cinco películas que peleen por el Oscar. Tintín, Cars 2 o Kung Fu Panda 2 son algunas de las poderosas rivales. Y Chico & Rita, del tándem Trueba-Mariscal también suspira porque el martes digan su nombre en la lectura de los candidatos.
«Es muy, muy complicado», reconocen los dos.
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La creación de la película también le provocó cierto miedo a Roca.
«Cada vez que reedito cualquiera de mis cómics, le doy muchas vueltas para mosqueo de mis editores porque intento cambiar muchas cosas. Quiero revisar los textos e incluso a veces cambiar algún dibujo que no me ha gustado», explica Roca. Pero el «respeto hacia mi trabajo», le obligaba a mirar con cierto escepticismo el mundo audiovisual. «Cuando se convierte en una película quieres que quede lo más fiel posible y que no rompa el espíritu que tú has hecho. Pero también debes entender que es otra cosa», indica el dibujante valenciano. El paso del tiempo y los resultados han hecho que las dudas de Roca se disipen. «He disfrutado de la película», asegura encantado de cómo ha quedado reflejada la historia de los dos compañeros de residencia que quieren escaparse de su soledad. «Le di información a Ignacio sobre el cómic y sobre su estructura. Cosas que se me habían quedado fuera y ahora quería meter. También unos aspectos que me gustaría quitar y otras viñetas que, de hacerlas ahora, las haría diferentes», indica el historietista.
A pesar de la implicación, Roca dejó respirar a Ferreras para que hiciera su película. «Una adaptación de algo tan bueno siempre es difícil porque lo puedes estropear. Tienes una gran responsabilidad. Pero también tenía claro que si lo había aceptado era porque podía sacar una película», comenta Ferreras. Con el camino marcado por culpa del cómic, el director gallego decidió no complicarse la vida ni liarse «con tramas que no estaban o añadidos raros». Su trabajo fue el de saber qué quitar, cómo ordenar la estructura y añadir ciertos aspectos. «Ha añadido profundidad a los personajes y ha creado algunas escenas muy bonitas. Hay partes de la película que me encantan porque son una mezcla de drama y de comedia.
El espectador no tiene claro si debe reír o no», reconoce Roca.
Su compañero de aventuras, matiza: «El cine posee elementos que el cómic no tiene, pero este es mejor a la hora de transmitir información.
El cine es muy esquemático en cierto modo. Pero al nivel emocional el cine tiene silencio y tiempo». Y Roca contesta otra vez: «También corres un peligro de pasarte y de ser sensiblero. En el cine la sutileza es bastante complicada. Cuentas los sentimientos tres veces: con la imagen, el sonido y la acción. Podía haber sido un telefilm sensiblero». Ahora, a ambos solo les queda esperar a que los académicos de Hollywood decidan qué pasa con la cinta y que los espectadores acudan a las salas de cine.