El fotógrafo muestra su obra reciente en el Círculo de Bellas Artes
17 abr 2012 . Actualizado a las 07:00 h.Una de las playas más crudamente hermosas de la Costa da Morte está en Fisterra y se conoce a pie de arena como Mar de Fóra. Es el Atlántico en estado puro. Sin afeites. A ese océano fulminante y libre de ataduras se asoma en su nueva exposición el fotógrafo Manuel Vilariño (A Coruña, 1952). Mar de afuera abre hoy sus puertas en el Círculo de Bellas Artes de Madrid, con una selección de la obra reciente del autor, en la que se exhiben en toda su fiereza los paisajes del norte, tanto de Galicia como de las costas de Islandia, además de las clásicas estampas de animales del autor galardonado en el 2007 con el Premio Nacional de Fotografía.
El aliento de la imaginación
«Mar de Afuera es un interrogarse en soledad sobre el enigma de la desaparición, de la fragilidad de la existencia, desde la palabra y la imagen como aliento de la imaginación», relata Vilariño, que define este conjunto de obras como «un viaje al límite de lo posible en el tiempo y el espacio» y también «a la desnudez del paisaje o a la nada». El autor explora aquí, según su propia descripción, «la potencia sombría de la montaña y el enigma del océano, paisajes del afuera, de la intemperie». Acantilados, grandes extensiones de hielo y parajes árticos o volcánicos se alternan con esa fauna exótica e intrigante que puebla las imágenes de Vilariño.
El comisario de la exposición, el profesor de la Universidade de Vigo Alberto Ruiz de Samaniego, subraya que «hay una luminosidad tranquila, interior, en los paisajes que presenta el fotógrafo, desde una playa, una montaña de lava negra en el norte de Europa a las rocas heladas y los icebergs del polo».
Entre la fotografía y la poesía
Manuel Vilariño habita en la borrosa frontera entre la fotografía y la poesía. Acaba de publicar en el sello Espiral Maior la edición bilingüe gallego-castellano de su primer poemario, Ruínas ao despertar. Cita a María Zambrano y a Lezama Lima («lo oculto es lo que nos completa») para explicar este «pensamiento en imágenes» plasmado en Mar de afuera.
Es la «serenidad paradójica» que destaca Samaniego en la obra de Vilariño, que emerge en Mar de afuera a través piezas de gran formato en blanco y negro y en color sobre las potentes cajas de luz.
Hasta el 8 de julio. Calle Alcalá, 42.
Obras de Manuel Vilariño.
Comisario: Alberto Ruiz de Samaniego
Más información en www.circulobellasartes.com