El país anunció que producirá su propia película para ofrecer la verdadera cara de la historia que cuenta la cinta dirigida por Ben Affleck, ganadora del Globo de Oro y candidata a Mejor película en los premios que otorga la Academia de Hollywood
17 ene 2013 . Actualizado a las 18:21 h.El anuncio de Irán de que producirá su propia película para contrarrestar el «distorsionado» thriller «Argo» se sume al debate de Hollywood sobre la precisión histórica de la cinta de Ben Affleck, nominada la semana pasada a siete premios Oscars.
Ganadora el domingo del Globo de Oro a Mejor película dramática y Mejor director para Affleck, Argo cuenta la historia de una arriesgada operación de la CIA para rescatar a seis diplomáticos estadounidenses escondidos en la embajada de Canadá durante la crisis de los rehenes en Irán en 1979.
Pero Argo se toma grandes libertades al narrar los hechos. En una angustiante escena, por ejemplo, oficiales iraníes persiguen en la pista de despegue el avión en el que escapan los diplomáticos, algo que nunca sucedió. Además, el papel que cumplió Canadá al dar refugio a los diplomáticos y asegurar su salida de Irán fue notoriamente minimizado. En la cinta nominada a los Oscars, los créditos de la misión de rescate se los llevan Hollywood y el agente de la CIA Tony Méndez, interpretado por Affleck.
Mark Lijek, uno de los seis diplomáticos en la vida real que fueron liberados, declaró que comprendía que Affleck hubiese alterado los hechos para crear una historia más atractiva, aunque reconoció estar preocupado por lo que los espectadores puedan entender. «Entiendo que sea necesario dramatizar los hechos para crear la atmósfera que requiere un thriller», confesó. «La libertad en la escena del aeropuerto realmente no me molesta», indicó. «Eso sirve para una buena historia, pero me preocupa que algunos espectadores crean que así fueron los hechos», agregó. «Es una lástima, aunque Affleck y el guionista no son responsables de nuestra incapacidad para enseñar historia».
La cinta relata el complot que elaboró la CIA y que ha sido mantenido en secreto durante mucho tiempo, para sacar de la República Islámica a los diplomáticos haciéndolos pasar por cineastas de Hollywood que habían ido a Irán a buscar localizaciones para una película de ciencia ficción. En Argo, el embajador de Canadá en Teherán da refugio a los seis diplomáticos que consiguen escapar de una manifestación de estudiantes islamistas ante la embajada de Washington, tras la cual 50 estadounidenses fueron mantenidos como rehenes durante casi un año. El agente de la CIA Tony Méndez, ahora septuagenario, asume el papel de salvador al liderar el operativo de rescate y dirigir el proyecto de la película falsa de Hollywood. En los hechos reales, los funcionarios fueron divididos en dos grupos: el primero con el embajador canadiense en Teherán, Ken Taylor, y el segundo con otro diplomático canadiense.
Taylor, ahora de 77 años, ha dejado clara su visión sobre la precisión histórica de esta gran favorita para los Oscars. «La película es divertida, emocionante, pertinente», aseguró al diario local Toronto Star. «Pero miren, Canadá no estuvo ahí sentada viendo lo que pasaba. La CIA fue su socio minoritario».
Días después de que la cinta de Affleck ganara el gran premio de los Globos de Oro, Teherán anunció que producirá su propia película sobre el secuestro de los diplomáticos estadounidenses frente a la visión «deformada» de Argo. La película «contará la liberación de 20 rehenes estadounidenses por parte de los revolucionarios iraníes al inicio de la revolución» islámica de 1979, declaró el director de cine iraní Ataollah Salmanian. Este largometraje «puede constituir una respuesta apropiada a la visión deformada de ciertas películas como Argo», explicó a la prensa iraní.
Lijek respondió con a estos planes iraníes afirmando que, para empezar, los hechos estarían equivocados. «El director (iraní) habla de 20 estadounidenses liberados», dijo Lijek. De hecho, los iraníes liberaron a «trece mujeres y afroestadounidenses al iniciarse la crisis como un gesto de la caridad islámica. Así que no queda claro a qué se refiere».
Este secuestro, que duró 444 días, provocó la ruptura de relaciones entre Estados Unidos e Irán. La revolución de 1979 derrocó al régimen del Sha Mohamad Reza Pahlavi, un aliado de Washington.