Un libro recoge por primera vez las ilustraciones que acompañaron a las investigaciones realizadas en Galicia a lo largo de la historia
14 feb 2014 . Actualizado a las 07:00 h.No están todas las que son, pero sí las más representativas, bien por su calidad artística o porque acompañaban a investigaciones que en su momento fueron un hito. Son 55 ilustraciones que han sido recogidas por el catedrático emérito de Edafología de la Universidade de Santiago Francisco Díaz-Fierros en el libro Arte e Ciencia en Galicia. A ilustración científica e técnica, que se presentará el próximo martes en el rectorado de la institución compostelana.
Nunca hasta ahora se había acometido una obra semejante en Galicia, un trabajo que resalta la importancia que en distintas épocas adquirieron los dibujos y los gráficos para ilustrar los avances científicos. Algunas de las piezas artísticas son verdadera ciencia en sí mismas. «Cada ilustración recolle pequenas anécdotas, e todas elas fan en conxunto a historia da ilustración gráfica que acompaña a ciencia galega», explica Francisco Díaz-Fierros Viqueira. Las primeras ilustraciones son dos reproducciones de leones dibujadas entre 1129 y 1134 en el Tombo A de la Catedral de Santiago. Pero la primera obra científica editada en la comunidad, un tratado de veterinaria, es la cuarta edición de Libro de Albytería, de Francisco de la Reyna e impreso por Agustín de Paz en Mondoñedo en 1552. La lámina de un caballo que se representa en la portada es también la primera ilustración científica realizada en Galicia.
Una de las obras de más valor que recoge el libro, tanto por su calidad artística como por lo que refleja, es un cuadro del reputado artista Carlos Sobrino en 1918. Se la pidió su hermano Ramón para documentar la primera marea roja de la historia en cualquier lugar del mundo.
La ciencia gallega contó también con la colaboración de otros artistas de sus respectivas épocas, como Plácido Arosa y Melchor de Prado, e incluso el escritor Rafael Dieste. Pero también hay científicos artistas que realizan sus propias creaciones, como el astrónomo Ramón María Aller o el biólogo Leopoldo Hernández Robredo.