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Matthew McConaughey: «Decidí sentarme en la sombra y esperar el guion que quería hacer»

MARÍA ESTÉVEZ

CULTURA

EL ACTOR SE REINVENTA. McConaughey cree que ya no hay costuras entre el cine y la tele. ADRIÁN SÁNCHEZ-GONZÁLEZ / AFP
EL ACTOR SE REINVENTA. McConaughey cree que ya no hay costuras entre el cine y la tele. ADRIÁN SÁNCHEZ-GONZÁLEZ / AFP

El ganador de un Oscar ha pasado de ser el rey de la comedia romántica a escoger solo papeles que le proporcionen experiencias

14 mar 2014 . Actualizado a las 22:56 h.

La McConaugheymanía se ha desatado después de la transformación del que ya es uno de los actores más carismáticos de Hollywood. Atrás quedan las películas románticas de este intérprete versátil, serio y de registros tan distintos como los últimos personajes que ha regalado: desde el estríper envejecido de Magic Mike hasta su papel en la serie True Detective, y ahora el seropositivo de Dallas Buyers Club, el filme que hoy se estrena en Europa y por el que ha ganado el Oscar. Hablamos con Matthew McConaughey en Toronto, durante el Festival Internacional TIFF 2013.

-¿Rodar un filme así influye en su personalidad?

-Trato de crecer de alguna manera con cada película que interpreto y debo reconocer que con los últimos papeles al menos he disfrutado con la experiencia. Para mí ha sido increíble formar parte de este filme porque es el personaje quien da forma a la historia. En este caso lo importante, importantísimo, era hacer bien mi trabajo cinco meses antes de empezar a grabar. Uno de los momentos más trascendentales fue recibir el diario de Woodroof de manos de su familia. Su monólogo me ayudó a crear el diálogo que acompañaba al guion.

-¿Cuál ha sido el secreto para llegar al personaje?

-Él entendía que su enfermedad era una novedad, una nueva frontera. Los médicos no sabían qué hacer con él, cómo tratarle. Fue un pionero, no debemos olvidar que es un hombre con una educación muy limitada. Al principio del filme no ha encontrado sentido a su vida y lo descubre cuando contrae sida y se pregunta qué puede hacer para mantenerse con vida. El mensaje surge cuando entiendes la vida del personaje, no porque hayamos tratado de manipular la historia. Hemos evitado hacer una película con un discurso establecido.

-¿Cree que es el momento de contar esta historia?

-Este es un filme que he tratado de hacer durante dos años. He peleado mucho por que se llevara a cabo. Decidí sentarme sin hacer nada durante un tiempo. Sentarme en la sombra y decir «voy a esperar el guion que quiero hacer». Busqué filmes con los que estuviera seguro de que iba a tener una experiencia. Así me llegó Dallas Buyers Club. Parte de los filmes que estoy haciendo ahora llegaron porque dije que no a muchos de acción y comedias románticas que venían con cheques bellísimos. No era el momento.

-Negarse a protagonizar filmes de estudio es un riesgo.

-Decir que no en Hollywood es increíblemente poderoso. Tras 18 meses ya no decía ni que no ni que sí, porque nadie me ofrecía nada. Son momentos complicados. De pronto hubo un cambio. Me dieron la oportunidad. Este filme se cayó muchas veces, no conseguíamos el apoyo financiero ni confianza en el proyecto. Pero ni el director ni yo dudamos por un instante.

-Hoy en día las estrellas de cine no tienen miedo a interpretar una serie de televisión si es un gran proyecto.

-Estamos viviendo tiempos distintos en la televisión. Ha dejado de existir ese estigma con la pequeña pantalla que obligaba a los actores con una exitosa carrera en el cine a no participar en ninguna serie. Cuando me ofrecieron el guion no tuve más que leer dos episodios para decidirme a interpretarlo. Hoy en día la transición entre el cine y la televisión no tiene costuras. Además es una serie finita, no significa que tengamos que volver el próximo año.

-El éxito llegó a su vida cuando interpretó el filme Tiempo de Matar.

-Después de hacer esa película todo cambió. La gente cambió a mi alrededor, no mi familia y mis buenos amigos, pero esa es la metáfora de mi carrera. Cuando en teoría estaba progresando, más cuesta arriba se puso todo. Honestamente, no creo que haya llegado todavía a lo más alto en mi profesión. Yo voy despacio, aprendiendo lecciones poco a poco.