El festival de Venecia se sume en el silencio ante el genocidio indonesio

La Voz AFP | EFE

CULTURA

El documental de Joshua Oppenheimer «The look of Silence» estremece a la Mostra

28 ago 2014 . Actualizado a las 22:41 h.

El horror del genocidio de los años 60 en Indonesia llega este jueves al Festival de cine de Venecia de la mano de Joshua Oppenheimer, que pone cara a asesinos y supervivientes, víctimas y verdugos. Sin mostrar una sola gota de sangre, ni gestos o actos violentos, el inédito documental del cineasta estadounidense radicado en Dinamarca, que lleva por título The Look of Silence (La mirada del silencio), estremece por su terrible actualidad.

En 98 minutos, los simples testimonios de los familiares de las víctimas y de sus verdugos, interrogados por un oculista de 44 años cuyo hermano fue asesinado por escuadrones de la muerte, dejan atónito al espectador y suscitan interrogantes sobre la imposibilidad de perdón y de reconciliación en sociedades que han vivido devastadoras guerras civiles.

Oppenheimer, autor del premiado The Look of Silence (La mirada del silencio) en el 2012 con testimonios de los autores de las masacres cometidas por antiguos integrantes de los escuadrones de la muerte de Indonesia, que gracias a una edad más que provecta recrearon con orgullo los crímenes y aberraciones que cometieron tras la llegada al poder del general Suharto en 1965, habla ahora con las víctimas que sufrieron por décadas «el terror del silencio». «Mi filme es una poesía sobre el silencio generado por el terror, una poesía sobre la necesidad de romper ese silencio, pero también sobre el trauma que suscita romperlo», sostiene Oppenheimer.

Tras dejar hablar en su primer filme a los autores de la masacre, considerados aún héroes en su país, Oppenheimer completa su investigación al reunir a los verdugos y a los sobrevivientes de una familia que a través de su anterior documental descubrió quienes fueron los ejecutores de la matanza de su hermano: vecinos, casi parientes, que vivían a pocos metros de distancia. «Rezo todas las noches para que los asesinos de mi hijo sufran tanto como los nuestros», dice la madre, que no perdona tanto ensañamiento contra su hijo, masacrado primero a golpes y ajusticiado con la amputación del pene.

Los interrogantes, la rabia de la madre anciana impotente ante el horror, la falta de remordimiento de los asesinos que se justifican como personas que obedecían órdenes, la voluntad de no querer saber la verdad, la mentira y el odio representados a través de conversaciones filmadas no pretenden ni piden castigo para un régimen que arrasó con un millón de opositores «comunistas», uno de los mayores genocidios del siglo XX. El documental, pese a su delicada elegancia al estar ambientado en un dulce clima tropical, es en realidad una contundente acta de acusación contra este mundo por su aterradora vigencia, si se piensa a las guerras y masacres que la prensa describe a diario en todo el planeta.

«La rançon de la gloire»

La otra película que centró este jueves la competición oficial en la segunda jornada del Festival de Venecia ha sido La rançon de la gloire, de Xavier Beauvois, que en 2010 obtuvo el Gran Premio del Jurado en Cannes con De dioses y hombres, basada en la historia real de unos monjes en la guerra civil argelina. El director francés ha vuelto a recurrir a hechos verídicos en esta historia de dos humildes inmigrantes en Suiza que en 1978 robaron el ataúd de Charles Chaplin para tratar de obtener un rescate.

Beauvois explicó que la idea se le ocurrió al ver por enésima vez Candilejas y después descubrir en la prensa esta «historia loca e increíble». «Para mi Chaplin es el cine, lo ha inventado todo», señaló. Al mismo tiempo, quiso contar la evolución de un personaje -interpretado por Benoit Poelvoorde- «que sale de la oscuridad (de la cárcel) y va hacia la luz». Chiara Mastroianni, Roschdy Zem y Nadine Labaki completan un reparto en el que también aparecen Eugene y Dolores Chaplin, hijo y nieta respectivamente del cómico y cineasta.