La banda, que incluye algunos de sus integrantes originales, es responsable de éxitos como «Me duele la cara de ser tan guapo»
18 nov 2014 . Actualizado a las 14:50 h.Si oye hablar de Los Inhumanos, puede creer que se trata de un nuevo contrato laboral o se acuerde de un legendario grupo español de pop-rock gamberro. Si escucha la canción «Qué difícil es hacer el amor en un Simca 1000», puede que, solo de pensarlo, le duela la espalda o, quizá, recuerde cuando se quedó afónico cantando esta melodía en las fiestas del pueblo.
Si ha respondido afirmativamente a las dos segundas opciones, usted está de suerte: Los Inhumanos publican su vigésimo disco, «35 años de fiesta, con la túnica puesta», un álbum que celebra su larga carrera musical «ininterrumpida» y que anuncia el inicio de una gira que rima con cinco.
Si usted no es muy amigo de las fiestas populares, debe saber que Los Inhumanos aparecieron en 1980 y que, durante esa década y la siguiente, encadenaron éxitos como «Manué no te arrime a la pared», «Me duele la cara de ser tan guapo» o «Eres un foca», himnos de garrafón, mal gusto y testosterona desbocada.
Sergio Aguado es uno de los supervivientes de aquellos inicios y conoce bien la filosofía «inhumana». «Somos un grupo musical que también es una peña que trata de divertir, divertirnos nosotros mismos y alegrar la vida. Con esta túnica blanca que nos caracteriza han pasado ya por aquí más de 400 personas en todos estos años».
Hasta 20 integrantes
Actualmente, la banda se mueve a golpe de mensaje en su propio grupo de WhatsApp «masculino» y funciona «como un equipo de fútbol, con una base titular de 10 personas» que se amplía hasta 20, con edades comprendidas entre los 20 y los 55 años.
El nuevo álbum, editado por Producciones Malditas, está repleto de viejos éxitos que, como novedad, incluye duetos con otros artistas del humor musical como Miguel «El Sevilla» o Pepe Begines, de «No me pises que llevo chanclas».
A ello, hay que sumar, versiones de temas clásicos «llena pistas» de Raffaella Carrà, Camilo Sesto o una deconstrucción salvaje y alcohólica de la canción «Seven Nation Army» del grupo de culto The White Stripes.
Además y en trazo grueso, Los Inhumanos también se suman a la canción protesta con «El Puticlú». «En España hay muchos 'puticlús', eso sí, nadie conoce a nadie que haya ido a estos sitios. Hacemos una crítica feroz a este país donde se construye un aeropuerto que no hace falta mientras falta dinero para hospitales», reclama Sergio sin perder la compostura.
Para la gira del próximo año, Los Inhumanos pretenden entrar en la liga de los Festivales -«El Primavera Sound nos haría ilusión»- pero son conscientes de ser más «una banda de pueblo», capaz de tocar ante 35.000 personas el año pasado en Faro (Portugal) o actuar en unas fiestas patronales y acabar en un pilón de alguna aldea perdida del Pirineo.
Más de 500.000 discos
En estos 35 años de carrera, la banda ha vendido más de 500.000 discos -«cuando se vendía música»-, tiene centenares de seguidores en las redes sociales y no les faltan conciertos en la península. Sin embargo, lamenta Sergio, la crítica ha sido siempre injusta con ellos.
«La comedia, hacer reír, tiene menos prestigio. Los Inhumanos hacemos canciones de tres minutos, divertidas, festeras, y que sean himnos para siempre es tan difícil como hacer una canción seria. En muchos sitios se nos ha denostado por la imagen, pero esta apuesta por la risa, tiene tanto mérito como lo otro», añade.
Llevar a gala la etiqueta «la tuna del pop-rock» tampoco ayuda a forjarse un prestigio entre la escena hispter y el blog de tendencias. Si, en cambio, representar al denominado «Rock Tuno» debe ser objeto de orgullo. Grupos como Mojinos Escozíos, Los Gandules o Un Pingüino En Mi Ascensor siguen la estela de Los Inhumanos con caspa, gracejo y simpatía.
La fórmula Inhumana, que nació en la playa valenciana del Saler en 1980, amenaza con continuar otros 35 años más -«nos gustaría que nuestros hijos siguieran»- aunque la modista de Torrent que hacía las túnicas se jubiló en 2013.
De momento, con sus letras divertidas y zafias y su música facilona, la formación humorística ha creado ya escuela y sigue vigente pese a los que se empeñan en calificar de vulgar lo que, simplemente, es popular.