P ronto se cumplirán 15 años desde que dejé Galicia, aunque he tenido la fortuna de poder regresar periódicamente. Por mi trabajo he viajado mucho estos años, lo cual me permite valorar los hechos y las personas de Galicia desde una perspectiva nueva. El reciente fallecimiento de Domingo Dosil me ha dado mucho que pensar al respecto. Por eso me he animado a escribir estas líneas.
La figura de Domingo y Cogami, el resultado de su pasión y compromiso, son un referente excepcional más allá de Galicia. Y no hablo solo del resto de España. Sirvan de ejemplo dos experiencias vividas personalmente en dos países en los que la fundación que presido, DKV Integralia, tiene presencia. Una es en Polonia, hace seis años; cuando Integralia inicia su actividad en este país, los líderes del movimiento para apoyar al mundo de la discapacidad tienen de ejemplo a Cogami. Me hablan de sus viajes a Santiago y del apoyo que reciben de Cogami En la otra esquina del mundo, en Perú, un año atrás iniciamos los contactos para extender nuestro modelo de contact-center gestionado por personas con discapacidad y nos encontramos con la extraordinaria labor de la Asociación Gallega de Hemofilia ayudando a defender los derechos de las personas afectadas por esta enfermedad.
El equipo de profesionales de DKV ha tenido la suerte de colaborar con Domingo y sus colaboradores desde hace 10 años. Les admiramos y queremos sinceramente.
En lo personal he perdido un gran amigo del que he aprendido mucho. Desde hoy ofrezco nuestro apoyo al gran equipo que continúa su labor y les deseo que sean capaces de hacer crecer su legado como él y Galicia se merecen.