¡O nosotros o el caos!

Gonzalo Bareño Canosa
Gonzalo Bareño A CONTRACORRIENTE

OPINIÓN

13 ago 2013 . Actualizado a las 10:25 h.

En aquella portada genial de la revista Hermano Lobo, «semanario de humor dentro de lo que cabe», aparecía un político dando un mitin. «¡O nosotros o el caos!», gritaba el orador desde el estrado, en lo que parecía una oferta irrechazable. «¡El caos, el caos!», contestaba sin embargo la multitud congregada. «Es igual, también somos nosotros», era la desoladora respuesta de aquel cínico político. Han pasado 38 años desde aquella viñeta, publicada en 1975 en lo que eran ya los estertores del franquismo. Pero el satírico dibujo del gran Chumy Chúmez tendría la misma actualidad si se hubiera publicado hoy mismo.

En noviembre del 2011, Mariano Rajoy ganó las elecciones generales en el que era ya su tercer intento de acceder a la Moncloa. Durante aquella vibrante campaña electoral, que yo cubrí para La Voz de Galicia, el líder del PP recorrió los pueblos de España presentándose como el abanderado del sentido común, el paladín de la aburrida normalidad y el garante del fin de los sobresaltos políticos. Las cosas no solo iban a mejorar de inmediato en lo económico sino que, según nos contaba cada día en ese pequeño teatrillo que constituyen los mítines de campaña, su sola llegada al poder supondría el fin del desorden político que, a su juicio, supuso la etapa final del zapaterismo. Como la de aquel orador de la portada de Hermano Lobo, la oferta de Rajoy era sencilla. O él, o el caos. Y, amedrentados por la zozobra económica y política, muchos de los españoles que le habían negado su voto en el 2004 y el 2008 acabaron entregándoselo en el 2011 como quien, después de una loca juventud de farra y alcohol, decide entrar por fin en vereda apostando por la monótona pero segura formalidad. Lo que Rajoy no nos dijo es que él también era el caos.

Poco más de un año y medio después de aquella campaña electoral, habrá quien discuta si subimos o bajamos en lo económico. Pero, frente a ese tran-tran de la normalidad que nos prometía Rajoy, España se ha convertido en un vodevil político. Una ópera bufa en la que, por grande que sea el disparate, siempre acaba siendo superado en el periódico del día siguiente. Dos ex secretarios generales del PP declaran hoy ante el juez. La actual número dos del partido lo hará mañana. Y, sin saber todavía cuál será, sabemos ya que el resultado de su deposición será atroz. Solo caben dos alternativas. La primera es que los tres continúen por la senda que inició Rajoy en su comparecencia parlamentaria: todo es mentira y a Bárcenas lo echamos del PP y lo dejamos sin sueldo en cuanto nos enteramos de que era un golfo. Algo que solo prolongaría la agonía y aumentaría la rechifla generalizada cada vez que se publiquen nuevas pruebas que desmonten la versión. La otra, mucho menos probable pero igualmente aterradora, es que reconocieran ante el juez que Rajoy ha mentido al Parlamento. No hay forma de escapar. Ellos también son el caos.