El programa Entre todos, presentado por Toñi Moreno en La 1 de Televisión Española, según ha escrito en Facebook la excelente editora Asun Lasaosa, es magnífico. Entre todos es, según TVE, un programa con vocación de servicio público en el que los participantes que se hallen en una situación crítica reciben la llamada en directo de personas que telefonean para ayudarles. En la segunda parte del programa, Entre todos se encarga de ayudar a los emprendedores a encontrar socios para su proyecto empresarial. Es, pues, un programa que, a primera vista, fomenta la solidaridad. El 6 de septiembre asistimos a la historia de Rubén, de 24 años, que sufre parálisis cerebral y que necesitaba 7.000 euros para comprar una silla de ruedas adaptada. Aparecen en el programa Rubén, su madre y su abuela, dos mujeres de un temple extraordinario, y Sergio, un conductor de autobús que cayó en una depresión tras su separación matrimonial, y que recuperó la alegría de vivir conduciendo un autobús que traslada a personas discapacitadas. Sergio y Rubén se hicieron amigos y, a partir de esa amistad, Sergio terminó saliendo de su depresión. El público llama al programa y se reúnen los 7.000 euros. Entre todos soluciona problemas y hace llorar al público con historias nobles. Yo lloré viendo el programa. Pero ¿no fueron quizá lágrimas de un incauto puesto que algunos servicios sociales han denunciado que este programa es un fraude?