La rotunda victoria de Merkel en las elecciones alemanas debiera alegrarnos a todos, porque ella es la líder principal europea que está dispuesta a hacer avanzar la UE hacia la unión política y económica. No hay otro país con capacidad para empujar esta empresa en un momento tan crítico como el que vive el mundo globalizado. Los retos de los países emergentes son enormes y Europa tiene que presentarse unida. Es seguro que a Alemania se le van a ofrecer aliados. Esta es la ocasión que debe aprovechar España presentando garantías de estabilidad política y económica. La política exterior española debiera poner en esto su principal objetivo, para reforzar el liderazgo alemán.
Alemania, según Eurostat, exporta el 52 % de su PIB a los países europeos. Así, la economía alemana depende del resto de sus socios y recíprocamente. Tanto es así que durante esta crisis que no cesa, Alemania ha tenido que dedicar gran parte de sus exportaciones a EE.?UU. y China.
Ahora, sin miedo a sus votantes, Merkel tiene la oportunidad de liderar el sueño europeo, y en ese viaje debe estar España ofreciendo, no solo su consumo interno, sino también la posibilidad de, con empresas conjuntas, ampliar las exportaciones alemanas a países de Sudamérica.