Sin complejos

José Ángel Roca Sánchez

OPINIÓN

04 feb 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

Con el país arrasado por el paro, cualquiera diría que inaugurar una nueva autovía en España es un ejercicio de irresponsabilidad e hipocresía. Estoy seguro que si no fuera porque los expertos en infraestructuras del nacionalismo catalán están ocupados estos días haciendo los números de cuánto se les defrauda desde España, hoy mismo tendríamos titulares en periódicos y exabruptos en tertulias televisivas sobre el despilfarro que supone inaugurar un tramito más de la autovía que permite a los gallegos tomar Europa y emigrar por la vía rápida.

Construir autovías en Galicia nunca ha sido fácil. En lo que a orografía se refiere, vamos «sobrados» de montañas, pero siempre nos ha resultado más difícil lidiar con la política que construir el viaducto. No está de más recordar que nuestra conexión con la Meseta se finalizaba en el año 2002; el talud de la Escrita lo había estado poniendo difícil, pero España estaba jugando ya en otra liga y era incomprensible haber comenzado el siglo XXI viajando por carreteras construidas por Franco.

La historia de la A-8 es más de lo mismo. Postergada, por momentos, de la planificación, torticeramente modificada para contentar a políticos «de la casa» (cualquiera puede imaginarse por qué no termina en Ferrol y tira hacia Vilalba) y vilipendiada durante su construcción, para favorecer la inversión en otros lugares del país.

Finalmente, la geotecnia en Mondoñedo tampoco ha querido ponerlo fácil. Pese a estar de moda, espero no escuchar críticas desde casa sobre la falta de rentabilidad, o la necesidad de esta infraestructura, como ocurre con el AVE.

Un dato: la intensidad de la inversión pública entre 1995 y el 2013 en España no ha sido mayor que en Italia, Alemania, Francia o el Reino Unido. Que quede claro y que sirva para quitarnos el complejo de tontos que se nos ha quedado tras esta crisis. Pero es incuestionable la irracionalidad inversora con la que hemos trabajado en la construcción de una España a dos velocidades (de comunidades ricas y pobres) y por eso, esta autovía debe servir para quitarnos ese complejo.

José Ángel Roca Sánchez es Ingeniero técnico de Obras Públicas.