Es una crisis porque todavía no es bélica a gran escala, más que para los locales de la República Autónoma de Crimea que van a cambiar de nacionalidad por segunda vez en menos de un siglo. Podemos preguntarnos, ¿por qué este conflicto, primero en Kiev y ahora en Crimea? Si repasamos lo ocurrido recientemente, los acontecimientos fueron percibidos por Moscú como una amenaza a sus intereses estratégicos, porque Ucrania se debatía entre integrarse en Europa o permanecer en la órbita de Rusia. Anteriormente habían solicitado pertenecer a la UE y asociarse con la OTAN. Pero el presidente destituido cambió de rumbo y rechazó la oferta occidental para aliarse con Rusia. Este fue el pretexto que necesitaba Moscú para defender lo que verdaderamente le interesaba: Crimea, sus bases navales del mar Negro, de alto valor estratégico. Porque significa el poder emplear su poder naval y presencia en el Mediterráneo en defensa de sus intereses estratégicos, como se ha visto en Siria. Rusia no ha renunciado a ser una gran potencia militar y emplea cuantiosos medios en construir su fuerza militar: submarinos nucleares, buques anfibios comprados a los franceses, defensa antimisil, fuerzas aéreas de ataque, etc. El Mediterráneo es su mar presencial, lo mismo que para los americanos, y no les van a dejar el campo libre. Creo que, una vez demostrado que Crimea es irrenunciable, las cosas no van a pasar a mayores: Ucrania para ti, Crimea para mí, habrá dicho Putin a Obama.