¿Cómo puede una persona ser portavoz de algo y permanecer muda durante tres meses? La situación de Paula Prado en el PP era tan surrealista que solo puede darse en un escenario como el de la política española actual, en el que todo vale.
Después de que toda Galicia haya leído sus palabras refiriéndose con naturalidad a la entrega de regalos de Vendex a políticos, y después de que se investigue si su marido se benefició de contratos públicos gracias a su intervención, resultaba insostenible.
Y cuando tomó una decisión para que pusiese fin a tanto surrealismo, lo hizo con cobardía: dimitiendo de su cargo de portavoz, pero manteniendo su escaño, para seguir aforada y protegida frente a las actuaciones de la justicia, además de mantener un sueldo.
Una vez más, nuestros políticos dan muestra de poca valentía, de defender lo suyo por encima de todo y de importarles poco el bien común. Porque el bien común pasa ahora por limpiar las instituciones de cualquier sombra de sospecha de corrupción, para que los ciudadanos recuperen la confianza en ellas.