Vídeos como espadas

José Francisco Sánchez Sánchez
Paco Sánchez EN LA CUERDA FLOJA

OPINIÓN

30 ago 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

Llegarán más vídeos con remite EI y reproducirán aberraciones semejantes a la decapitación de James Foley. Porque el vídeo es un arma. Robert Kaplan ha hecho un análisis del de Foley y concluye que se trata de una producción audiovisual impecable, perfectamente ensayada y repleta de elementos simbólicos -desde el color de las vestimentas de ambos protagonistas, hasta el hecho de que se trate de una decapitación con un cuchillo pequeño, pasando por el cuidado acento británico del verdugo- dispuestos para transmitir un mensaje global y nítido: «Ganaremos porque no reconocemos vuestros límites, porque estamos dispuestos a todo».

¿Por qué ese mensaje dirigido a una audiencia encabezada por los ciudadanos estadounidenses y los musulmanes contrarios al EI? Porque las guerras han cambiado mucho y no solo mueren más civiles que soldados, también la percepción de los civiles resulta decisiva para ganar o perder. Quieren meternos miedo, porque nos tienen por pusilánimes, acobardables y faltos de coraje, más propensos a retirar nuestras tropas que a defender libertades propias o ajenas. Ya en la primera guerra del Golfo, Sadam Hussein pensó que Bush padre daría la vuelta obligado por su opinión pública, en cuanto recibiera los primeros ataúdes de soldados. Pero los americanos habían aprendido la lección de Vietnam, así que dejaron de televisar sus guerras. Entonces bastaba con controlar la televisión. Ahora resulta casi imposible controlar. Llegarán más vídeos y habrá que plantearse cómo recibirlos. Esta vez no lo hemos hecho bien ni desde los medios ni desde las redes. No hacía falta dañar nuestra memoria con imágenes: bastaba con saber qué había pasado y por qué.

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