La alegoría de Rubens en Banqueting House

OPINIÓN

14 sep 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

En Londres, camino a Escocia, fui a visitar Banqueting House, cerca de Trafalgar Square. Quería ver los techos que pintó Rubens como parte de la propaganda política del siglo XVII. Allí puede contemplarse a Jaime I, entre unos nubarrones de gloria, encarnando al rey Salomón en la famosa escena bíblica en la que pone paz entre dos mujeres que se disputan un niño. Jaime I unificado los dos reinos. Por eso Rubens representa a las dos mujeres como alegorías de Escocia e Inglaterra. El niño, evidentemente, era el Reino Unido. Una cuantas calles más allá, sin embargo, los carteles de colores chillones de las casas de apuestas ofrecen 2 a 9 por la supervivencia de ese mismo Reino Unido tras el referendo escocés de la semana que viene. En las carreras de Doncaster, un caballo llamado Escocia acaba de llegar de último. Los nacionalistas escoceses se han apresurado a replicar que fue entrenado en Inglaterra.

En manos del azar

De repente, el debate de la independencia -o no- de Escocia ha tomado ese extraño giro: ya no se discute con el lenguaje de la política sino con el del azar y las apuestas. No parece depender tanto de una decisión como de la suerte. Y así es, si uno mira las encuestas. En realidad, solo una, la del domingo pasado, ha dado vencedor al sí; pero casi todas, incluida esa, caen dentro del margen de error estadístico. Los factores que pueden desequilibrar este empate técnico son tantos y tan imprevisibles que nadie sabe muy bien qué hacer. En Londres se teme que el desembarco desesperado de última hora de David Cameron en Edimburgo pueda haber sido contraproducente. «Hasta su acento nos resta votos», me dice un partidario de la unión. Se cuenta con que la alarma de los empresarios, tenga más impacto. Una excepción: el dueño de una gran cadena de pubs de Escocia ha tranquilizado a los votantes: «La bebida estará garantizada en una Escocia independiente». Pero parece que es otra cosa lo que mueve las agujas de las encuestas. Una de las lecciones del referendo escocés es que, cuando una campaña dura tanto -esta ha sido de años- los argumentos se acaban diluyendo y son las emociones las que predominan, incluso las del momento. La sensación que existe es que un país entero va a tirar una moneda al aire. Y en la de una libra, el león de Inglaterra y el unicornio de Escocia están juntos solo en una cara.

De vuelta al techo de Banqueting House. El juicio de Salomón consistió en que se cortase por la mitad y se repartiese el bebé que se disputaban las dos mujeres. Fue así como el rey descubrió cual era la auténtica madre: la que prefirió ceder antes que ver al niño partido en dos. La semana el juicio lo emitirán únicamente los escoceses, y nada permite anticipar cuál será. El techo que pintó Rubens en Banqueting House pronto se habrá convertido o en un anacronismo o en una profecía.

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