Al ministro Jorge Fernández Díaz le parece preocupante que Íñigo Errejón pueda ser ministro del Interior. Le escuché esa declaración y me puse a pensar la cantidad de personas, sectores e instituciones que pueden estar preocupadas por si alguien de Podemos ocupa el ministerio de su ramo: todo el sector del comercio, por si les toca alguien de la línea Colau, que permitió que los manteros situasen sus puntos de venta a la puerta de los comercios legales, que pagan impuestos, alquileres y Seguridad Social; gran parte del sector del turismo, por si tiene que actuar de recaudador del impuesto turístico; la Iglesia, por si cae en Justicia un ateo beligerante con el IVA de los edificios religiosos. Los centros educativos concertados, por si le toca Educación a alguien que solo cree en la escuela pública y laica; los ricos de solemnidad, por si nombran para Hacienda a alguien que piense cumplir eso de que pague más quien más tiene?
La lista podría ser infinita, porque Podemos es nuevo en la plaza, no se conocen sus formas de gobernar más que en los ayuntamientos y quienes disfrutaron de algún privilegio están aterrorizados por el ejemplo de Kichi, el alcalde de Cádiz: les quitó los palcos del teatro a los «de siempre» para que los menos favorecidos no tengan que ver las comparsas «desde el gallinero» como le ocurrió a él. Esas cosas las entiende y las agradece el pueblo. Así que es natural que se extienda la preocupación entre amplios sectores. Supongo que no será mayor que cuando llegó la democracia y podían ser elegidos los rojos demonizados durante cuarenta años y había una literatura que decía que los perdedores de la Guerra Civil la querían ganar cuarenta años después.
Naturalmente, también se podría hacer la lista contraria: la de dependientes que esperan la llegada de la izquierda al poder para que se cumplan las promesas de ayuda económica, si lo permiten los Presupuestos; la de quienes sufrieron los recortes en educación y sanidad y piensan buenamente que con la caída del Partido Popular se abriría una época de abundancia en los servicios públicos, si lo permiten los presupuestos; los parados que se quedaron sin subsidio, porque confían en que alguien se dará cuenta de su situación de precariedad, si lo permiten los Presupuestos?
Como se ve, las inquietudes van por barrios, por ideologías, por necesidades y se combinan con las esperanzas. Pero, sinceramente, la que más me preocupa es la del ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz. Es que de ese departamento dependen las policías. Me alarma que hayan sido, sean o puedan ser objeto de uso político. Si ahora son, con los Ejércitos, las instituciones más valoradas, lo son por su profesionalidad.