Irán ataca el Kurdistán y Beluchistán

Yashmina Shawki
Yashmina Shawki CUARTO CRECIENTE

OPINIÓN

Contacto / Rouzbeh Fo | EUROPAPRESS

22 ene 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Las regiones fronterizas son siempre enclaves sensibles para las relaciones internacionales, más aún si en ellas habitan poblaciones divididas como resultado de la configuración geoestratégica llevada a cabo en Oriente Próximo y Medio tras las dos guerras mundiales, tales como el Kurdistán y Beluchistán.

El Kurdistán ocupa una extensión de aproximadamente medio millón de kilómetros cuadrados, entre Irán, Irak, Siria y Turquía. Aunque sus fronteras gozan de una gran indeterminación, fundamentalmente porque se encuentra en las cordilleras y vertientes montañosas de los Zagros y Tauros, y su población es bastante heterogénea, los kurdos comparten, sin embargo, una cultura y tradición peculiar y constituyen un pueblo con una identidad muy definida. Su estructura social, de carácter eminentemente tribal, dificultó una posición común para defender un estatuto independiente tras la Primera Guerra Mundial. Pese a sus constantes protestas y levantamientos, solo en Irak han logrado el reconocimiento de una amplia autonomía, aunque mantienen una disputa muy intensa con el Gobierno de Bagdad por el control de sus importantes recursos petrolíferos. Pese al carácter nepotista del gobierno regional, la estabilidad y el relativo progreso suponen una grave amenaza para los estados vecinos, ya que temen que su ejemplo se extiendan a los kurdos en su territorio. Por ello, no es infrecuente que tanto Turquía como Irán bombardeen posiciones en territorio iraquí, con la excusa de atacar enclaves del proscrito PKK turco o, como la pasada semana, la supuesta sede de inteligencia israelí en la capital kurda de Erbil, si bien el mensaje iba dirigido a EE.UU. por sus ataques a los hutíes.

Y si esto sucedía en la frontera occidental de Irán, en la oriental Teherán ha atacado algunos enclaves del Beluchistán pakistaní con la excusa de acabar con Yeish al Adl, un grupo suní enemigo del régimen chií. Pakistán ha respondido atacando objetivos del grupo independentista del Frente de Liberación del Beluchistán en Irán.

Teherán no parece interesado en involucrarse en una guerra, ahora que controla el Gobierno de Bagdad y mantiene buenas relaciones con Islamabad, pero desde luego ha dejado claro que no está dispuesto a dejarse humillar, ni por los disidentes internos ni por los rivales externos.