Veinte años de Facebook

Yashmina Shawki
Yashmina Shawki CUARTO CRECIENTE

OPINIÓN

DADO RUVIC | REUTERS

07 feb 2024 . Actualizado a las 16:20 h.

Corría el año 2008 cuando entré en contacto por primera vez con Facebook. Una amiga, con la que seguía comunicándome por carta —hoy en día parece algo decimonónico, pero los de mi generación crecimos esperando la llegada del cartero con la ansiedad con la que ahora nos quedamos pegados a la pantalla del móvil aguardando a que nos contesten un mensaje de WhatsApp—, me invitó a entrar en la página web de esta red social. Por una parte sentí una gran curiosidad, por otra mi prevención natural me hizo recelar. Si la posibilidad de estar en contacto instantáneo con mis familiares y mis amigos dispersos por el planeta me ilusionaba, por otra parte la idea de que desconocidos pudieran acceder a mi información personal me creaba ansiedad.

En cualquier caso, me decidí a dar el salto y gracias a ello tuve la oportunidad de recuperar el contacto con muchísima gente de la que no sabía nada desde mediados de los años ochenta. La guerra del Golfo de 1990, el embargo internacional posterior y también la invasión de Irak del 2003 hicieron que familiares y amigos desaparecieran en la nube de la incertidumbre, salvo aquellas dos compañeras de colegio con las que seguía carteándome porque una vivía en Bélgica y otra en Francia.

Facebook me permitió participar en dos encuentros, en Jordania, con mis compañeros del Colegio de Música y Ballet de Bagdad, en el 2009 y el 2011. Saber que la mayoría continuaban vivos, aún cuando hubieran tenido que superar todos los horrores de las guerras y las enormes dificultades para huir del país y labrarse un futuro digno en el extranjero, me llenó de alegría. Poder abrazarlos y pasar varios días con ellos supuso un antes y un después en vida. Hoy estamos conectados y, aún en la distancia, seguimos pendientes unos de otros.

Cuando se conmemora el vigésimo aniversario de aquel proyecto loco de varios universitarios de Massachusetts sobre una red social, y cuando una comisión parlamentaria de EE.UU. acaba de cuestionar la falta de protección a los niños y adolescentes en estas plataformas, no puedo sino revivir la contradicción en mí que me permitió recuperar muchos contactos, pero quizá también perder privacidad. Lamentablemente, en 20 años no hemos podido solucionar este problema.