Mi madre entiende de amnistías
Una vez mi hermana me rompió una muñeca. Me enfadé mucho, e insté a nuestros padres para que la castigaran. Así fue. Pero para mi sorpresa, un día nos compraron a ambas un muñeco, uno a cada una, el mismo. Mi enojo fue a más. Ella no merecía aquel regalo tras haber destrozado mi muñeca. Entonces, mi madre quiso negociar conmigo. Me explicó que darle una nueva oportunidad era lo mejor para una buena convivencia, aunque yo seguía insistiendo en que mi hermana continuaría rompiendo nuestros juguetes. Seguimos hablando para convencerme, pero me negué e intenté romper una pulsera de mi madre. Me dijo que así estaba ejerciendo la misma violencia que ella, que eso no conducía a nada. Aún más enfadada, le espeté que aquella casa era una dictadura por haberle levantado el castigo. Al cabo de unos días, me olvidé de todo y volvimos a jugar juntas. Fue una de las tantas amnistías. Iria Pombo. Santiago.
Impunes
Dani Alves asumió una pena de 4,5 años de cárcel por agresión sexual. Una sentencia impactante, pues mete a un mito entre rejas, pero que será recurrida. Más allá de las implicaciones técnicas de la ley del solo sí es sí, resulta llamativo el consenso experto sobre la pésima estrategia del futbolista. No tanto por sus múltiples y contradictorias versiones, sino por haber viajado desde México a la península en lugar de refugiarse en Brasil, donde no se extradita a los ciudadanos nacionales. Véase el ejemplo de Robinho, quien elude una sentencia similar en Italia. De nuevo se pone el foco en una globalización capaz de promover agendas comunes, a la vez que permite regulaciones fiscales a la carta y ofrece la posibilidad a Santi Mina de plantearse un regreso al campeonato saudí, si algún abogado se lo recomienda. Miguel Rodríguez Fernández. Roma.