Cada vez es más difícil fiarse de lo que vemos y nos cuentan.
En el 2016 descubrimos el supuesto supermercado del futuro. El cliente entraba, cogía los productos que quería y se marchaba. La tecnología se ocupaba de cobrarle sin que intervinieran personas. El proceso parecía completamente automático, casi increíble. Pero el funcionamiento nunca fue tan simple. Había más de mil personas contratadas en la India para revisar con cámaras las compras.
Amazon acaba de relegar este proyecto tramposo, que recuerda aquellas obras de ficción en las que dentro de los robots siempre había humanos, simios o alienígenas.
De la impostura tecnológica a la musical. A finales de los 80 el grupo Milli Vanilli protagonizó un monumental escándalo. Rob Pilatus y Fab Morvan eran ídolos mundiales, pero no cantaban. Hacían playback con las voces de otros. Era una estafa diseñada por el productor alemán Frank Farian, el artífice de Boney M. Lo recuerda ahora la película Girl You Know It's True, en cartelera estos días. En su estela descubrimos un caso más cercano, desconocido hasta la fecha. Los músicos de La oreja de Van Gogh no tocaron en el primer disco que les dio fama y fortuna en 1998. En la grabación de aquel Dile al sol participaron solo intérpretes de estudio. Si se hubiera sabido antes, ¿habrían triunfado igual?