Un año de prisión ha impuesto la magistrada del Juzgado de lo Penal número dos de la capital ourensana a un imputado al que considera responsable de haber cometido un delito de estafa.
Eso sí, se trata de una peculiar estafa para ya que para cometerla el acusado se inventó una vida que no tenía, de forma tan convincente que logró engañar a una mujer que se enamoró de él para que le entregase casi once mil euros.
Así lo recoge la sentencia contra Francisco Gómez Manzanares, en la que se da por probado que fingió ser piloto de Iberia para conseguir dinero de sus víctimas. Tal y como había asegurado el fiscal, el acusado -de 34 años y origen alavés- se las arregló para engañar a una mujer ourensana haciéndole creer que era empleado de las aerolíneas.
La relación había comenzado a primeros del año 2002. La denunciante -ingeniera de profesión- contactó con el fabulador a través de un chat de Internet y meses después, tras haberse visto en varias ocasiones, ambos decidieron comenzar a vivir juntos en Ourense.
Pocas semanas después de que se iniciase la convivencia, el acusado habló a su novia de la posibilidad de abrir una agencia de viajes Iberia en la ciudad de As Burgas. Le dijo que debido a su condición de piloto tenía condiciones favorables para poner en marcha la agencia e incluso se las arregló, nunca se supo de qué forma, para que a la mujer le llegase una documentación sobre el negocio que, ella misma lo dijo durante le juicio, parecía oficial.
Así conseguiría el sospechoso que su novia le entregase 10.800 euros, destinados en teoría al pago de la fianza del local y a la compra de diverso material informático.
Eso sí, la conducta del falso piloto, que nunca llevaba documentación ni tarjetas de crédito, y los cambios de humor que demostraba cuando la víctima no le daba el dinero que le pedía, terminaron por hacer que la mujer sospechase. Eso sí, para cuando se presentó en la Comisaría de Policía a denunciarlo el acusado había desaparecido sin dejar rastro..
Desde entonces, el acusado ha acumulado al menos otras cinco denuncias presentadas por mujeres a las que estafó dinero gracias al mismo argumento en diversos puntos de la geografía española. Por ello, es probable que la que se le ha impuesto en Ourense sea la primera de otras muchas condenas.