Dos ourensanos ejercen como presidentes in péctore del COB. Otro figura como tal pero como simple marioneta, sin poderes. El club es, mayoritariamente, de la Diputación, el Concello de Ourense y los constructores aunque, en la práctica, el que manda es Baltar. ¿Por qué este culebrón deportivo que lo único que hace es confundir a los ya confundidos aficionados?