El anuncio de la retirada de Baltar como presidente del PP marca el final de la etapa caracterizada por el control ejercido por los dirigentes de Centristas
20 dic 2009 . Actualizado a las 02:00 h.Hay fechas que quedan marcadas en la historia y la del 15 de diciembre de 2009 ocupará en el futuro un lugar de referencia en la historia de la política ourensana. El presidente del PP desde 1991, primero al frente de una gestora y más tarde elegido en congreso, anunciaba que no optará a la reelección. Para algunos significa el final de la etapa de Baltar al frente del partido mayoritario de la provincia, para otros se ha escrito la última página de Centristas de Galicia con la futura retirada del último de los cargos destacados de la desaparecida formación liderada por Victorino Núñez que aún gozaba de un importante protagonismo e influencia en la política gallega.
Del franquismo a la UCD
La historia de la transición política en Ourense la escribieron algunos de los políticos, como Baltar, que ya ostentaban cargos en los estertores del franquismo y que se fueron «reciclando» para adaptarse a las reglas del nuevo terreno de juego de la democracia. El espacio partidista era escaso en el centro-derecha y los que no optaron por la Alianza Popular de Manuel Fraga derivaron hacia la UCD con el líder indiscutible de aquellos años: Eulogio Gómez Franqueira.
Con la Unión de Centro Democrático en pleno proceso de desintegración y para seguir liderando una opción política que les permitiese mantener el poder en la provincia, Eulogio Gómez Franqueira funda en 1983 Centristas de Ourense. Las nuevas siglas agrupan a alcaldes y concejales de la provincia bajo el paraguas del liderazgo de Franqueira y entre sus dirigentes estaba Victorino Núñez Rodríguez.
De Centristas de Ourense a CG
La de Centristas de Ourense fue una vida efímera pero muy productiva. Su circunscripción a la provincia como único feudo de actuación y su poder hegemónico le sirvieron de pretexto para integrarse en Coalición Galega en el mismo año con una sobrevaloración de sus posibilidades. El partido de la piña tuvo sus momentos de gloria en 1.984, con 125.000 votos y el 13% de los sufragios de Galicia, pero el esquema de un nacionalismo moderado de centro de CG no armonizaba con la estructura clientelar que pervivía en Ourense y Lugo desde los tiempos de la UCD.
El divorcio se consuma apenas dos años después de la integración, naciendo en 1.985 la formación política Centristas de Galicia, con Victorino Núñez y José Luis Baltar como sus principales dirigentes. El sustrato político se mantiene: dirigentes conservadores y de centro no alineados con AP.
Aunque el espacio natural de la mayoría de los integrantes de CdeG no era el galleguismo moderado de Coalición Galega, que aspiraba a ocupar un espacio similar a PNV y CIU en Euskadi y Cataluña respectivamente, y sí el de las políticas de centro-derecha. Alianza Popular y Centristas de Galicia concurren coaligados a varios procesos y en 1.991 se firma el acta de defunción en un enclave de lo más idóneo para tal fin: Os Miragres. Un espacio donde se desarrollaron muchas de las reuniones y citas políticas de los fenecidos Centristas.
El último de una generación
Con la integración de Centristas de Galicia en el PP se inició el camino sin retorno de la desaparición de un proyecto que sirvió a sus promotores para ocupar puestos de relevancia en la política gallega. Victorino Núñez pasó de la presidencia de la Diputación a la del Parlamento de Galicia, José Luis Baltar le sustituyó en la Diputación y se hizo con las riendas del PP, donde sigue en la actualidad, y el resto de dirigentes o militantes de Centristas accedieron a consellerías o a las alcaldías de la provincia, donde muchos aún siguen.
Retirado de la primera línea política Victorino Núñez y con Baltar firmando la primera de sus renuncias, la de repetir en la presidencia del PP, y anunciando la segunda -no será candidato en las municipales y, obviamente, no podrá optar a la presidencia de la Diputación- se extingue la memoria centrista.