El bipartito se vio obligado a retirar la normativa con distancias mínimas
01 abr 2012 . Actualizado a las 07:07 h.El informe elaborado por La Voz sobre las carencias en la cobertura de móviles en las grandes ciudades gallegas ha vuelto a poner sobre la mesa el debate de las antenas de telefonía. El rechazo vecinal por sus posibles efectos negativos para la salud chocan con los intereses de las compañías telefónicas y de los propios clientes. Tras una sentencia del Tribunal Superior de Xustiza de Galicia de finales del 2010, la ordenanza municipal que regulaba su colocación quedó fuera de juego.
El texto, que era muy restrictivo, marcaba zonas de distancia mínimas con zonas que se consideraban sensibles, como los colegios o los centros sanitarios. Sin embargo, ahora el Concello de Ourense ha optado por suavizar el control sobre las antenas de telefonía. Así, el gobierno municipal ha reculado y se ciñe al modelo propuesto por la Federación Española de Municipios y Provincias sobre la instalación y funcionamiento de infraestructuras radioeléctricas. «O Concello fixo súa esa norma coas excepcionalidades que poidan mellorar a súa aplicación en Ourense», indicaron fuentes municipales.
Ese nuevo marco legal supone un balón de oxígeno para las compañías, que en los últimos años habían sufrido varios reveses judiciales que habían cortado la señal a varios emisores. Ese cerco a las antenas hizo que varias zonas del centro urbano sufrieran graves problemas con la cobertura.
Puntos negros
Según el informe desarrollado por La Voz, esos problemas aún persisten en algunas calles céntricas y en algunos edificios públicos, como el Auditorio o la Diputación de Ourense. También se detectaron problemas en infraestructuras viarias como la AG-53 en su tramo local durante su recorrido hacia Santiago.