La Consellería de Cultura, Educación e Ordenación Universitaria va a destinar 40.000 euros para la restauración del gran órgano de la Catedral, que están llevando a cabo los hermanos Aritz y Juan Antonio Azpiazu. La aportación de la Xunta supone el 50 % del total del coste de la empresa, que son 80.000 euros. Para ello se firmará en los próximos días un convenio con la comisión encargada de gestionar dicha restauración.
Estos días están trabajando a pie de obra los dos hermanos vascos. «Hemos renovado todas las pieles y ahora estamos con los tubos que se hallan en mal estado. Comenzaremos a sacar toda la tubería por dentro. Hay que limpiarles la suciedad, el polvo y arenillas que caen de la bóveda», señala Juan Antonio.
La fachada del tiene 52 tubos, de ellos dos miden unos diez metros cada uno. Le han sacado algo más de una docena para acceder al interior del órgano, donde están repartidos dos mil tubos de distintos tamaños, incluso los hay de madera, con sonido bajo. En el bajocubierta sobre la nave lateral sur de la catedral, es donde tratan esos elementos.
Retraso
El desmontaje tuvo su retraso por dos bodas de este verano en las que tenía que sonar el órgano. Mientras, los Azpiazu construyeron pequeños elementos de madera y piel para reponer . Esperan que, al terminar la restauración y dejar que todo se asiente, el órgano pueda volver a sonar coincidiendo con la fiesta del patrono de la basílica: San Martiño, el 11 de noviembre. El trabajo en la única tribuna de la catedral y espacios aledaños como el citado bajocubierta, se desarrolla de forma meticulosa. En un especio que permite ver el muro que cierra la nave central de la catedral, con sus canecillos románicos y los arbotantes de piedra, zona que la gente no suele ver.
El órgano principal de la Catedral de Ourense se construyó en 1927 por la sociedad Azpiazu-Eleizgaray. El resultado fue un instrumento con un sonido muy agradable y cuya fachada es el castillo de tubos de flautado, actuando de caja de resonancia todo el templo medieval de piedra. Se le hizo una restauración en el año 1978 y llega a nuestros días con achaques. Ourense recupera poco a poco un patrimonio desconocido que deberá servir no solo a la liturgia modélica de la Catedral, sino se podrá aprovechar para realizar conciertos didácticos y de organistas nacionales e internacionales. Y, junto con el órgano de Santa Eufemia ,la ciudad podría acoger un festival.