Francisco Rodríguez, un alcalde que resistió en Ourense el declive socialista

PEPE SEOANE OURENSE

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Santi M. Amil

De la cantera sindical de FETE-UGT a la alcaldía de tercera ciudad de Galicia

20 sep 2012 . Actualizado a las 22:57 h.

Francisco Rodríguez González (Ourense, 1953) llegó a la alcaldía de Ourense de rebote en el año 2007, gracias a los pactos del PSOE y el BNG. En Santiago soplaban los mismos vientos políticos. En el 2011, sin embargo, con el PP instalado en la Xunta, Francisco Rodríguez superó en las urnas la reválida del primer mandato y, otra con el apoyo del BNG, repitió al frente del Concello de Ourense.

Fue uno de los pocos alcaldes socialistas que aumentó votos en un escenario de descalabro del PSOE.Francisco Rodríguez saltó a la vida política en los años ochenta del siglo pasado desde una de las canteras tradicionales del PSOE, la federación de enseñanza de UGT. Repartió actividad política pública entre el Parlamento de Galicia y el ayuntamiento ourensano, donde asumió sus primeras responsabilidades de gobierno como concejal de educación durante el mandato del Manuel Veiga Pombo, entre finales de los años ochenta y la primera mitad de los noventa. Desapareció de la escena pública hasta que la llegada del actual líder del PSOE, Pachi Vázquez, a la alcaldía de O Carballiño. Docente, con plaza en el instituto de esa villa, entre julio de 1999 y agosto del 2002 fue concejal, siendo responsable del área de cultura. Su perfil político era, hasta ese momento, bajo. Un gregario siempre dispuesto a trabajar por las siglas del PSOE, siempre al abrigo de algún líder de peso, en su momento Antonio Rodríguez y más reciente Pachi Vázquez, hasta su ruptura.

Aupado como candidato del PSOE en el 2003, ante las dudas que a última hora generó el malogrado actor y entonces cabeza de cartel Abelardo Pérez Gabriel, pasó cuatro años en la oposición y ello le permitió asentar un liderazgo local que solo le discute Pachi Vázquez. Del mandato de la corporación anterior quedó a Francisco Rodríguez el disgusto de ver archivada una demanda por injurias o calumnias, que presentó el regidor y ahora detenido como el ex portavoz del PP, Enrique Nóvoa, a raíz de las críticas de este último al proceso de adjudicación del contrato de la basura a favor de FCC, Copasa y Geseco, filial de esta última. Sugería el del PP que el proceso se había dirigido para favorecer a la nueva concesionaria. El juez no vio delito, al no haber hecho el exconcejal del PP una imputación delictiva directa. Como gran reto para el mandato actual, en tiempos de recortes en el gasto, se marca la aprobación de un nuevo Plan Xeral de Ordenación Municipal. Y convencer al gobierno central de que su gran apuesta del mandato anterior, el proyecto de estación de ferrocarril de Norman Foster, salga adelante a pesar de las abiertas reticencias del PP.