El estudio de Religión es de libre elección para el alumno, pero es obligatorio que el centro educativo la ofrezca. En España, un convenio permite la posibilidad de que los estudiantes se formen en tanto en la católica como en la evangélica, la musulmana o la judía. Quienes no quieran estas alternativas ni tampoco Historia y Cultura de las Religiones, pueden optar por Atención Educativa, la opción laica, que permite a los alumnos la realización de distintas actividades no curriculares, dependiendo de la edad.
En el colegio de infantil y primaria Curros Enríquez, de la capital, los niños que escogen la alternativa son, salvo en un aula, los que salen de la clase a la hora de esa materia, porque son menos. «La tutora se va con ellos y trabajan sobre un programa de educación en valores como la familia, la amistad, etc.», explica Isabel Domínguez, la directora del centro, que, a título personal, asegura que «la religión no debería ser cosa de la escuela».
En el instituto Otero Pedrayo hay algunos alumnos musulmanes pero todos estudian Atención Educativa, al igual que gran parte de sus compañeros. «Algunos de los que escogen Religión lo hacen por creencia pero muchos la eligen dependiendo de las actividades que oferten. Si se planea un viaje a Portugal, por ejemplo, se apuntan», reconoce el jefe de estudios, Tito Pazos. «La mayoría no son practicantes», advierte.
Actualmente, ninguna de las dos opciones cuenta para nota pero la LOMCE, aprobada recientemente, prevé que eso cambie. En los centros públicos esta idea gusta poco pero tampoco convence que haya materias que no se valoren porque, conscientes de ello, los estudiantes no las toman en serio.