El otro hermano detenido el sábado por el crimen del holandés residente en Petín ha quedado en libertad con cargos
03 dic 2014 . Actualizado a las 09:25 h.El autor confeso de la muerte de Martin Verfondern, el holandés residente en Petín, entró ayer en prisión provisional, comunicada y sin fianza. La jueza Purificación González dictó la orden de internamiento después de que así lo pidiese el fiscal Miguel Ruiz, a la vista de las pruebas logradas por los investigadores contra Juan Carlos Rodríguez González, que confesó haber efectuado el disparo que acabó con la vida de Verfondern. También tuvo que dar cuenta de un delito de tenencia ilícita de armas, después de que en el registro de su casa el lunes se encontrase una pistola.
Su hermano Julio, que había sido detenido junto a él el sábado, quedó en libertad sin fianza, imputado por encubrimiento. Según las primeras informaciones, habría ayudado a Juan Carlos a esconder el cuerpo del holandés, así como el todoterreno en el que viajaba cuando se produjeron los hechos; y que el pasado mes de junio fueron encontrados de manera fortuita en un monte de A Veiga. Al lugar se llega desde Santoalla (el pueblo en el únicamente viven las familias Rodríguez y Verfondern) a través de pistas forestales y cortafuegos, lo que dirigió desde un principio la investigación hacia gente que conociese muy bien la zona y que dispusiese de los medios (un tractor) para poder arrastrar el coche.
Juan Carlos Rodríguez, de 47 años, ya está en la cárcel. Será allí donde los médicos forenses evaluarán su estado mental para reclamar su traslado a un centro de otro tipo, habida cuenta de que sufre una importante minusvalía psíquica; aunque no consta que esté judicialmente incapacitado, según los datos del Ministerio Fiscal. El pequeño de los dos hermanos fue trasladado a prisión poco después de las dos de la tarde, y apenas tres horas después de haber pasado a disposición judicial. El mayor, de 51 años, salió del juzgado poco después, tras quedar libre sin fianza. Lo hacía con una orden de alejamiento de Santoalla, el pueblo en el que tiene su cabaña ganadera y donde viven sus padres, y también la viuda de Verfondern, Margo Pool. Tampoco a ella podrá acercarse. El hombre, que se fue en un taxi junto a su abogado, rehusó hacer declaraciones.
El caso sigue bajo secreto de sumario, a la espera de que se concreten nuevas diligencias de la investigación para determinar el grado exacto de implicación de cada uno y cómo se produjo la muerte de Martin, con el objetivo de que el fiscal dicte una acusación por homicidio o asesinato.
En la resolución de este caso han trabajado los mismos investigadores que cerraron otras muertes violentas en Ourense, como la de Montse Martínez en Viana do Bolo, el envenenamiento por estricnina en Maceda o el homicidio de un chófer de bus en Verín.