Una agresión en la calle a un hijo de dos años y medio le cuesta la tutela y 33 días de trabajos
OURENSE
La Xunta se hizo cargo del menor a raíz del incidente y la madre aceptó la condena por un delito de lesiones
28 jun 2017 . Actualizado a las 05:00 h.Fue una reacción absolutamente desproporcionada la de una madre que la emprendió a golpes con su hijo menor de edad, de dos años y medio cuando ocurrieron los hechos, para reprenderlo por haber cruzado la calle solo. Lo abofeteó, lo tiró al suelo, lo zarandeó y lo arrastró de un brazo para levantarlo y seguir golpeándolo, incluso contra la acera. La madre, al mismo tiempo, gritaba al menor. Como consecuencia de aquel episodio, ocurrido sobre la una y media de la tarde del día 16 de julio del pasado año, perdió Y. A. G. la custodia de su hijo, de la que se hizo cargo la Xunta de Galicia. Casi un año después, se enfrentó ayer la mujer a una acusación por un delito de lesiones. Aceptó como condena 33 días de trabajos en beneficio de la comunidad.
El suceso se había producido en el cruce de la calle doctor Fleming con Portocarreiro. La mujer trataba de recriminar a su hijo que se hubiera escapado de su lado para correr solo y cruzar la calle. Fue en ese momento cuando le dio varios «bofetones fuertes», según el relato de la fiscalía al cual prestó conformidad la madre del niño y ayer acusada.
A causa de la desproporcionada agresión, que la mujer ejecutó con intención de menoscabar la integridad física del menor, el pequeño sufrió lesiones de las que curó en cinco días, sin que tuviera necesidad de recibir atención médica o quirúrgica. Ninguna de las lesiones fue impeditiva, ni tampoco le quedaron secuelas, según concreta el escrito de acusación aceptado por la madre para su inclusión en la sentencia de conformidad como hechos probados.
La petición inicial de condena para la acusada, por un delito de lesiones, incluía nueve meses de prisión con privación de la patria potestad durante ese tiempo, junto con una orden de alejamiento de dos años y un día, sin que durante ese período se le permitiera comunicar con su hijo por cualquier medio posible, aparte de la exigencia de estar a más de doscientos metros de él.
El hecho de que la Xunta se haya hecho cargo del menor a raíz del incidente, sumado a que el niño se encuentra en acogimiento por parte de una familia y está en fase de que el acogimiento tenga carácter de preadoptivo, ha llevado a la fiscalía a rebajar de forma notable el castigo a la madre. Le ha quedado en los 33 días de trabajos comunitarios. Como quiera que ya la Xunta tiene la tutela, propuso el ministerio público -y aceptó la acusada- una simbólica privación de patria potestad y orden de alejamiento de quince días, un período que ya esta cumplido.
La implicada en este asunto ya había sido denunciada con anterioridad por falta de atención a las obligaciones con el menor. Al parecer, en la situación actual se le seguirá permitiendo que pueda ver al hijo, aunque de forma limitada y tasada.
La reacción se produjo al escapar el pequeño para cruzar solo
la calle