Veintidós remeros de la selección australiana se entrenan en aguas del Miño
22 jul 2015 . Actualizado a las 05:00 h.Si el mundo es un pañuelo, el que gira en torno al deporte es de los más pequeños. Así se entiende que por las plácidas aguas de un río Miño con caudal de verano pueda lucir una embarcación propulsada por remeras australianas. Más de uno se frotó los ojos.
Todo tiene una explicación y es que el Centro de Entrenamiento de Remo de Laias, Arnoia y Castrelo de Miño (Cerlac) es todo un reclamo a nivel mundial, por las buenas condiciones que reúne para la práctica del citado deporte y también para el piragüismo, además de otra serie de encantos que lo convierten en un destino cada vez más apreciado por las primeras figuras de esta especialidad deportiva.
Buena parte de ese crecimiento de la propuesta ourensana ante otras de distintos puntos del orbe radica en la acertada labor del director del Cerlac, Antonio Marques, o de su responsable técnico, Gabriel Fernández. Ambos cuentan con el apoyo de un coordinador comercial, Vincent Boyer, y el asesoramiento de Francisco Cardoso. Su tarea fue alabada por equipos -tanto clubes como selecciones- que ya han constatado los beneficios obtenidos al entrenar en los enclaves ourensanos. Desde Holanda a Bielorrusia y hasta el lejano gigante australiano, uno de los planteles cuyos métodos de trabajo son imitados de modo fiel por sus competidores, desde hace varias temporadas, a la vista de sus buenos resultados.
Ayer mismo, la expedición de Australia fue agasajada por el presidente de la Diputación, en un paréntesis a sus entrenamientos para el próximo Campeonato del Mundo que el 30 de agosto comenzará en el lago francés de Aiguebelette. Allí, los remeros del hemisferio sur parten con esperanzas de acumular medallas.
En tierras ourensanas -y también en aguas del Miño- han quedado de manifiesto las armas de una federación que ha establecido cinco cuarteles generales en localizaciones que van desde Brasil hasta Laias, además de otros tres emplazamientos europeos. En las instalaciones del grupo Caldaria, además de 22 competidores, en su mayoría integrantes de la escuadra femenina, disponen además de un «Sports Science», encargado de analizar todos los datos que arrojan el GPS instalado en cada barco, así como los sensores que analizan la cadencia de remo y los efectos del reparto de pesos.
Fisioterapeutas, médicos y masajistas, así como el resto de técnicos o administrativos están acompañados por un único federativo, al que por cierto muchos han visto trabajar en primera persona, para que nada falle en el período de preparación. Wayne Diplock, el jefe de equipo, destacaba sin dudarlo: «Disfrutamos de un río perfecto, magnífico clima y de las comodidades de un gran hotel, estamos muy satisfechos de las facilidades que nos han brindado en Ourense».
reportaje centro de entrenamiento de laias, Arnoia y castrelo de miño
Estación de paso entre la regata de Lucerna y la pugna universal en Francia
Otro de los fuertes del centro de entrenamiento ourensano es su buena ubicación con respecto a las sedes de las distintas pruebas intercontinentales.
Sin ir más lejos, el combinado australiano que se está preparando en Laias, logró olvidar el invierno del cono sur, en una programación que incluyó la última prueba de la Copa del Mundo en Lucerna, a la que seguirá la batalla por los títulos universales en Francia.
La comitiva que encabeza Wayne Diplock incluye a una veintena de remeras: Jessica Hall, Madeleine Edmunds, Kerry Hore, Jennifer Cleary, Sally Kehoe, Olympia Aldersey, Molly Goodman, Ella Flecker, Alice McNamara, Genevieve Horton, Katrina Bateman, Alexandra Hagan, Rosemary Popa, Meaghan Volker, Renee Chatterton, Hannah Vermeersch, Lucy Stephan, Charlotte Sutherland, Sarah Banting y Fiona Albert.
También optarán a las medallas masculinas Alexander Belonogoff y James McRae, que el equipo de técnicos y auxiliares se incrementa hasta completar un grupo de cuarenta personas, que coinciden en alabar las comodidades de los hoteles de Caldaria y también las condiciones de la pista del parque náutico de Castrelo de Miño, balizada durante 2.000 metros, con sistema Albano de seis calles y sin olvidar que el embalse permite remar 25 kilómetros en aguas paradas realizando tan solo un único giro, es decir con un recorrido de ida y vuelta.
La temperatura media anual, en torno a 15 grados, con un verano seco y caluroso, además de escasos días con viento, se presentan como características idóneas para una óptima programación de entrenamientos de remeros y piragüistas, lo que valoraron mucho en Australia.