En Ourense si el feligrés no va a la parroquia, la parroquia va al feligrés

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Alberto Diéguez en el nuevo centro pastoral Juan Pablo II de la urbanización Novo Barrocás
Alberto Diéguez en el nuevo centro pastoral Juan Pablo II de la urbanización Novo Barrocás MIGUEL VILLAR

La urbanización Novo Barrocás estrenará este sábado un centro pastoral y de culto

08 oct 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Alberto Diéguez, sacerdote titular de la Inmaculada Concepción de Montealegre, de la ciudad de Ourense, no sabe exactamente cuántos metros hay de desnivel entre el punto más alto y el más bajo de los domicilios que componen su parroquia, pero tiene claro que «hay muchas gotas de sudor; porque es una buena cuesta y como la propia palabra indica, cuesta esfuerzo subirla». Algo de lo que se percató nada más llegar, en el 2013, y comprobar que para los vecinos de la urbanización Novo Barrocás acudir a la iglesia no era solo un ejercicio de fe, sino también físico.

Alberto Diéguez recuerda que aprovechó una visita del obispo para pasear con él por el barrio de la nueva urbanización para plantearle «una necesidad que él también vio, que era la de acercar la parroquia a esos vecinos». Y ahí comenzó un periplo que le llevó a visitar varios locales hasta dar con el idóneo para su objetivo. Está ubicado en el número 6 de la calle Chano Piñeiro y el sábado 9 de octubre, a mediodía, será inaugurado oficialmente por el actual obispo, Leonardo Lemos Montanet. «Se trata de, como dice el papa Francisco, salir de la iglesia y acercarse a la gente», resume el párroco. Alberto Diéguez recuerda además que, teniendo en cuenta que la edad media de los censados convierten a este barrio en uno de los más jóvenes de Ourense, ese acercamiento «supone también un reto».

La iglesia de la Inmaculada seguirá siendo el centro de referencia, pero el nuevo local pastoral, que han bautizado con el nombre de Juan Pablo II, funcionará como un anexo en el que, según aclara Diéguez «también tendremos misas, alternas con la parroquia, y confesiones». Pero además, el espacio ofrecerá otros servicios que se irán incorporando poco a poco. «En el aspecto formativo habrá taller de oración, grupo bíblico, catequesis de niños y de adultos», avanza el párroco. También se pretende abrir el centro a actividades como conferencias y debates en los que «sociedad, cultura e Iglesia puedan compartir diálogo».

Para facilitar esa versatilidad, en el centro hay muchos elementos movibles, incluida la tarima o el altar -que está estructurado en tres piezas- para convertirlo en un espacio diáfano. Para arrancar, y pensando en que todavía estamos en pandemia, se van a ubicar 40 sillas, pero si la situación mejora, la capacidad podría alcanzar las cien personas.