Ocaso de los partidos tradicionales

ESPAÑA

La sangría de PP, PSOE y BNG les ha privado de 600.000 electores desde el 2009

10 feb 2013 . Actualizado a las 11:23 h.

Los votos válidos y los escaños que obtienen las candidaturas en una encuesta explican una pequeña parte lo que realmente sucede: un partido puede mejorar su posición en escaños aun perdiendo votos o peso sobre el censo si otros partidos han perdido más votos aún. Y una distribución de escaños es, en algún sentido, una simplificación interesada del comportamiento electoral, puesto que no se asignan a las circunscripciones ni se consiguen de forma proporcional al número de votantes y votos. Y en todo caso, concluir que el PP ha perdido cinco escaños y la mayoría absoluta en unos meses porque los ha ganado AGE, mientras el BNG y el PSdeG-PSOE han mantenido sus posiciones, siendo verdad, es una idea demasiado imprecisa, pero si empleamos el número de votos y los porcentajes sobre censo como elementos gramaticales alcanzaremos conclusiones mucho más ricas y explicativas.

Los partidos clásicos

La sangría de electores en el modelo tripartito. La encuesta de Sondaxe nos dice que el PP ganaría ahora las elecciones al Parlamento de Galicia con 582.000 votos, el 21,6 % del censo electoral, que son 79.000 votos menos que hace unos meses, lo que proporciona una pérdida acumulada de 207.000 votos respecto a las elecciones autonómicas del año 2009 y una caída de 8,5 puntos del censo gallego, que es mucho. Al PSdeG-PSOE no le van mejor las cosas: obtendría ahora 269.000 votos en toda Galicia, el 10,0 % del censo y una pérdida acumulada de 256.000 votos desde el año 2009; el BNG defiende su resultado del 2012 con 138.000 votos, pero también acumula una pérdida de 133.000 votantes y 5,6 puntos del censo gallego. Todo esto suma 600.000 electores perdidos por el viejo sistema de partidos en Galicia desde el año 2009 y esta es la información principal de esta encuesta.

Las alternativas

O la desmovilización o los partidos aglutinantes. Estos electores se han situado enfrente, en un espacio ciudadano de ruptura que es común en los Estados endeudados del sur de Europa: son los mismos electores que representa Syriza en Grecia -que no quiere saber nada del Pasok- o el movimiento Cinco Estrellas en Italia -que no tiene nada que pactar con Ber-sani-. Este espacio se manifiesta en España en forma de desmovilización, aunque no en Galicia o en la Comunidad Valenciana, donde AGE y Compromís aglutinan a un elector insumiso que no quiere derrotar a la derecha, sino al sistema en su conjunto, un votante sobre todo joven, urbano, informado, crítico e internauta. La encuesta nos dice que AGE ha incorporado a 38.000 de estos abstencionistas y le ha ganado 16.000 votos más a los socialistas para totalizar 262.000 votos, que son 61.000 más que hace unos meses. AGE se ha emparejado con el PSdeG en el 10 % del censo, mientras que la abstención aumentaría en 366.000 electores, de los que 124.000 votaron recientemente al PP de Feijoo y 50.000 al PSdeG de Pachi Vázquez. Ahí tenemos el otro componente de la ruptura con el sistema de representación en Galicia: la desmovilización.

El PP

La posición de Feijoo frente a la dirección nacional. Los cinco comicios autonómicos celebrados en el año 2012 certificaron la crisis electoral más profunda de los socialistas, que dejaron de ingresar un millón de votos respecto a sus posiciones precedentes, pero también fue el año en que se cimentó la vertiginosa caída electoral del PP.

El caso Bárcenas no ha hecho mas que precipitar las cosas. El PP de Rajoy obtendría ahora 3,9 millones de votos menos que en el año 2011, mientras que el caso Pokémon nos vendrá a decir que no bastaba con situarse en la esquina opuesta a la ocupada por la supuesta caja B del partido, como muy bien sabe hacer Feijoo, porque la gente pasa penurias mientras los tribunales preguntan una y otra vez por esa caja. Pensamos que en este punto Feijoo está atrapado. Su condición de delfín indiscutible en un supuesto de éxito del PP de Rajoy le lleva a defender posiciones impopulares. Solo puede perder en Galicia y ya está perdiendo, y ese es el coste de una carrera hacia la Moncloa ahora más incierta que nunca. Incierta porque todo el PP de Rajoy podría pasar a la historia en el supuesto de un anticipo electoral forzado por unas circunstancias insostenibles. El movimiento de Esperanza Aguirre apunta a ello.

El BNG

El Bloque transfirió unos 50.000 electores a AGE en el 2012. Los siete escaños y 138.000 votos actuales del BNG son los mismos que hace unos meses. El Bloque transfirió unos 50.000 electores a AGE en el año 2012 para quedar reducido al 5,1 % del censo electoral, el 10 % de los válidos. La encuesta de Sondaxe confirma su presencia en este umbral de voto y ya hemos comentado en alguna ocasión su paralelismo con ERC, cosechan magníficos resultados a la contra que pierden cuando suman mayorías parlamentarias. Aunque atrapado por la vieja política, el BNG es capaz de rearmarse en torno a la realidad de que Galicia es la nación de más gallegos de los que ahora representa. Feijoo se quejó del acercamiento entre el Bloque y EH-Bildu. Pero el movimiento parece idóneo en términos estratégicos y Feijoo, mencionándolo, lo promociona.

La tendencia

Galicia se contagia de la evolución generalizada hacia el pluripartidismo. El bipartidismo terminó en España en mayo del 2010 con la desmovilización del electorado de Zapatero, para dar paso a un corto período de hegemonía del PP que finalizó en el mes de julio de 2012. Desde esa fecha, el escenario electoral es pluripartidista. En España, la encuesta de Sondaxe nos dice que también Galicia se ha contagiado.