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La oposición cerca a CiU con dos peticiones de investigación sobre el mandato de Pujol

Ramón Gorriarán MADRID / COLPISA

ESPAÑA

El PP deberá apoyar la propuesta de ERC si quiere que prospere alguna de ellas

04 sep 2014 . Actualizado a las 10:11 h.

Jordi Pujol y la investigación de su fortuna oculta en paraísos fiscales puede convertirse en la tumba política de Artur Mas. Todos los grupos de la oposición, desde Esquerra Republicana hasta el PP, apoyan la creación de una comisión de investigación en el Parlamento de Cataluña. El problema es que se han presentado dos solicitudes con alcances distintos: la de los populares y Ciutadans quiere centrarse en el caso del expresidente de la Generalitat, mientras que la que lleva la firma de los republicanos, Iniciativa y la CUP pretende abarcar las últimas tres décadas, incluidos los 23 años de mandato de Pujol. Un lapso que inquieta sobremanera a CiU, porque, según las denuncias que han salido a la luz pública, en ese período estaba generalizada la práctica de las comisiones del 3 % para la formación nacionalista por la adjudicación de contratos por parte del Gobierno de la Generalitat.

La creación de la comisión de investigación sobre el presunto enriquecimiento ilícito de Pujol y su familia no va a ser inminente, porque el próximo pleno del Parlamento de Cataluña se dedicará al debate de política general en la semana del 15 al 19 de septiembre. Como los plenos son quincenales en esa cámara autonómica, el siguiente no se celebrará hasta octubre, aunque no se descarta que la presión de la oposición en bloque fuerce un pleno extraordinario para debatir y votar la petición este mes. En todo caso, CiU se va a emplear a fondo para que ese momento no llegue antes de la comparecencia del expresidente catalán a partir del próximo día 22, como planteó en su carta al legislativo autonómico.

La vicepresidenta del Ejecutivo catalán, Joana Ortega, criticó «las prisas» por abrir esa investigación antes de escuchar a Pujol. «Los pasos son los pasos, primero que se explique y, en función de las explicaciones, puede derivar o no en una comisión», dijo.

Unanimidad de la oposición

Pero la constitución de ese comité parlamentario puede tropezar con problemas. Es necesario que una de las solicitudes logre la mayoría simple en el pleno y para ello, si no hay ausencias, se requieren 67 votos afirmativo de los 135 diputados que componen la cámara, una cifra que solo se alcanza con el apoyo unánime de la oposición. El PSC y Ciutadans están dispuestos a votar la petición de Esquerra, Iniciativa y la CUP, pero el PP guarda silencio sobre este punto, y sin el respaldo de los 19 diputados populares los apoyos a la comisión se quedarían en 66, uno menos de los necesarios.

El resto de la oposición confía en que el PP venza las reticencias internas a compartir fotografía con Esquerra y el resto de fuerzas soberanistas y se pueda «evaluar e investigar» las fórmulas de fraude y corrupción en «la contratación» de obra pública durante «las últimas décadas» para «depurar responsabilidades políticas e institucionales». Sería, con independencia de las causas que puedan abrirse en las tribunales, la primera revisión de las supuestas prácticas corruptas desarrolladas en el mandato de Pujol entre 1980 y el 2003.

Miedo

En la federación que lidera Artur Mas «están desesperados», aseguró la presidenta del PP catalán, Alicia Sánchez-Camacho; mientras que el líder de Ciutadans, Alberto Rivera, apuntó que cunde «el miedo» en las filas nacionalistas porque si Pujol «tira del hilo, cae todo el partido». Con menos acritud, dirigentes de otras fuerzas desde el anonimato coincidieron en que existe mucha inquietud en CiU ante la posibilidad de que se destapen casos del pasado que se creían sepultados.

El Gobierno catalán, sin embargo, puso en duda de que todos los grupos de la oposición sean «capaces de ponerse de acuerdo» en la investigación.

El portavoz, Francesc Homs, consideró que se están dando «unos espectáculos» que hacen dudar sobre la capacidad en ponerse de acuerdo, pero prefirió ser «ultraprudente» antes de hacer otros comentarios. El consejero se mordió la lengua para no arremeter contra Esquerra, en teoría socio de CiU en esta legislatura aunque se resista a entrar en el Ejecutivo de Mas. En CiU no entienden esta súbita beligerancia de los republicanos cuando están cumpliendo punto por punto la hoja de ruta que pactaron hasta la consulta del 9 de noviembre.