La batea falla como vía comercial para la almeja fina de Os Praceres

Marcos Gago Otero
Marcos Gago PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA

El bajo precio desanima a Lourizán, que ahora solo traslada japónica

28 oct 2012 . Actualizado a las 06:53 h.

Fue la experiencia estrella de la Consellería do Mar en la primera mitad de este año, pero los resultados no han acompañado a las expectativas y la batea de reinstalación en Aldán ha sido, hasta el momento, incapaz de dar una salida comercial a la almeja fina de Os Praceres. La acumulación de meses de bajos precios y de otras tantas semanas de cierre por marea roja ha convencido a la Cofradía de Lourizán -gestora del banco de Os Praceres- que es mejor enviar a la plataforma flotante únicamente almeja japónica y dejar la fina para más adelante, si las circunstancias del mercado cambian.

Según la Cofradía de Lourizán, el problema no se encuentra en la calidad del producto, que depura de forma natural en la batea después de su traslado desde Os Praceres a Aldán -la ensenada canguesa tiene la clasificación más alta, la A, que permite comercializar sin pasar por depuradora-.

La clave de la cuestión se encuentra en los precios que los exportadores ofrecen en las pujas que se celebran posteriormente en la lonja de Campelo. Después de comprobar cómo estos valores pasaban a ser la mitad de los que se ofertaban por la misma clase de almeja procedente de forma directa de los bancos de zona B, las mariscadoras optaron por desistir de las ventas de fina. «Nos la compraban por la mitad y nos quedamos solo con la japónica para llevar a la batea», precisó la patrona mayor de Lourizán.

Además de los precios irrisorios en subasta, hay otro factor económico a tener en cuenta. Los kilos de marisco que salen del banco camino de la batea son mayores que los que regresan para su venta en el parqué de Campelo. Aparte de las almejas que mueren en la operación, también hay una pérdida de kilos tras el lavado de la arena y otras cuestiones.

Pendientes de la zona C

La japónica siempre tiene un valor más modesto que la fina, tanto por su abundancia como por el carácter de la demanda del producto. Lourizán considera que sí puede asumir el empleo de la batea para esta especie y su venta en Campelo.

Por su parte, desde la cofradía se recuerda que la solución al problema de la zona C pasa por la supresión de todos los vertidos que dificultan la calidad de las aguas en la zona más próxima a la autovía. En todo el año solo hubo dos analíticas malas, una por muy poco y otra en un día de lluvias fuertes, pero han sido suficientes para postergar otro año el cambio de categoría a la mitad del banco. Desde los pósitos del fondo de la ría se confía en que los operativos de supresión de vertidos y focos contaminantes tengan éxito y se pueda recuperar la actividad normal en todo el banco, para rentabilizar mejor su explotación.