Las ofertas se multiplican en Internet y llegan también a las inmobiliarias
18 feb 2013 . Actualizado a las 15:36 h.En Pontecesures, un cartel advierte de que un solar bien situado junto a la carretera a Vilagarcía «se vende o permuta». En el edificio que se levanta al otro lado de la calle, los propietarios del bajo también anuncian su interés en deshacerse de él, bien sea a cambio de dinero, bien a cambio de otra propiedad. No son estos casos aislados. La falta de liquidez, los problemas para lograr financiación y el miedo que preside ahora todas las operaciones económicas ha bloqueado la venta de viviendas. Y para sortear esa situación, cada vez más propietarios se aventuran a proponer un trueque: entregarán su propiedad a cambio de otra.
«Esta es una tendencia que viene completamente impuesta por la crisis», explican en la inmobiliaria Xestiulla, de Pontecesures. Antes del pinchazo de la burbuja del ladrillo, cuando alguien necesitaba cambiar de casa «vendía la suya y se compraba una nueva» sin darle demasiadas vueltas.
Pero aquellos tiempos quedaron atrás, y quienes necesitan cambiar de residencia ahora rebajan sus expectativas. «Tenemos un cliente que tiene un piso fantástico en Milladoiro y que está dispuesto a cambiarlo por uno más pequeño en el centro de Santiago», explican desde esta agencia cesureña.
Tendencia al alza
Un simple vistazo a los portales inmobiliarios que abundan en Internet basta para confirmar que la permuta de pisos y casas es una tendencia al alza. Al tradicional «se vende» se ha sumado ahora el «se cambia», una nueva vía que se explora al tiempo que se aguarda la aparición de algún posible comprador. Pero estos ya no abundan como antes. Y cuando aparecen, suelen hacerlo con presupuestos muy ajustados, así que la alternativa del trueque gana adeptos.
Especialmente entre los particulares. Y es que detrás de las ofertas de permuta de viviendas suele estar siempre un particular, aunque también hay empresas que recurren a esta fórmula para deshacerse de promociones que vieron la luz cuando el mercado estaba ya parado.
Eso es así porque los bienes a permutar son, normalmente, viviendas. En muchos casos, segundas residencias a las que ahora es necesario sacar una rentabilidad que antes no urgía en absoluto. En el catálogo de propiedades que se intercambian, «pisos es lo que más hay, porque siempre tienen gastos de comunidad y así. Sin embargo, fincas y solares hay menos, seguramente porque los gastos para mantenerlos son menores», explican en las inmobiliarias.
Las dificultades
Llevar a buen puerto una permuta de propiedades no es sencillo, y eso pese a que este tipo de anuncios reciben en Internet un gran número de visitas. Pero, tal y como explican en la Inmobiliaria Portela, en Pontevedra, «es difícil que estas operaciones salgan adelante. Son dos casas las que tienen que gustar y son dos propietarios los que se tienen que sentir satisfechos».