Hace un año, las ofertas de intercambio de viviendas ya proliferaban en la red. Pero la mayor parte de los anuncios pivotaban sobre inmuebles de Madrid, Barcelona, Andalucía y Levante. En tan solo doce meses, Galicia se ha incorporado con fuerza a esta tendencia y ahora abundan las ofertas lanzadas desde aquí o hacia aquí. Las Rías Baixas, por su carácter turístico pero también por su dinamismo económico -a pesar de estar en horas bajas sigue siendo una zona aventajada- focaliza muchas de esas potenciales permutas.
Hacia la costa, por ejemplo, quiere moverse el propietario de una «casa de piedra en Silleda» que la cambia por un piso o apartamento en la zona de Pontevedra y Vilagarcía. También el dueño de un piso de cien metros cuadrados «a cuatro minutos de Ferrol» estaría dispuesto a estudiar ofertas e intercambiarlo por «un terreno en O Grove, a ser posible con casa».
Aunque hay intercambios a larga distancia -hay quien quiere dejar atrás un dúplex en San Vicente de O Grove «por otro en Madrid o Benidorm»-, muchos otros esconden reacomodos en la misma ciudad. Y así, hay quien cambia un piso «impecable» en Campolongo (Pontevedra) por un apartamento más pequeño pero más céntrico.
Valor equilibrado
En cualquier caso, es evidente que el valor de las dos propiedades que se van a permutar debe ser similar. Si no es así, habrá que compensar con dinero. Y parece que hay algunos propietarios muy interesados en esa fórmula, como los dueños de un «chalecito en el centro de Pontevedra» que lo permutarían por una propiedad de menor valor y una cantidad en metálico. Pero, visto que los pisos ya no son una gran inversión, hay quien está dispuesto a cambiar por cualquier cosa que pueda ser valiosa. Por ejemplo, el propietario de un ático en Lalín que lo cambia «por otra propiedad en otro sitio o por otras cosas o bienes que se puedan ofrecer». Todas las alternativas «se estudiarían».