La excavación arqueológica de Valentín García Escudero es la más importante de las últimas décadas en Pontevedra, ya que permitió sacar a la luz vestigios de varios siglos: se localizaron restos de las épocas romana (varios miliarios) y medieval (tres de los arcos originales del puente de O Burgo y el antiguo malecón portuario), de la muralla del siglo XVI, o más recientes, como la antigua cárcel del XVII o el primer mercado de abastos de la ciudad. De la importancia de este yacimiento da fe el hecho de que se llegó a tildar el yacimiento como el «kilómetro cero» de la historia de Pontevedra.
Pero la ciudad no se limita al entorno del río que la vio nacer. De hecho, en estos últimos días han aparecido nuevos vestigios en la parte alta, junto al convento de san Francisco. Una excavación para soterrar el cableado en la plaza de Ourense sacó a la luz restos de una antigua tajea, de un pavimento y del cierre del antiguo convento.
El concejal de Patrimonio Histórico, Luis Bará, destacó ayer que se están catalogando y registrando estos restos, aunque se taparán en seguida. «É un achádego valioso no sentido de que nos permite coñecer mellor a historia de Pontevedra», indicó. Para el edil nacionalista, el hecho de que sigan apareciendo vestigios arqueológicos «é unha proba de que temos unha historia moi rica e aínda descoñecida».
Mientras se mantiene abierta la zanja, el acceso a San Francisco se hará por la escalera de hacienda.