La zona 30 apenas existen en otros municipios de la comarca
25 nov 2013 . Actualizado a las 12:38 h.La jefa provincial de Tráfico, Isabel Alonso de Linaje, reconocía hace un par de semanas en estas mismas páginas que las iniciativas de movilidad sostenible llevadas a cabo en Pontevedra en la última década, no solo han sido objeto de reconocimiento nacional e internacional, sino que la modificación del Reglamento General de Circulación recogerá muchas de las medidas implantadas en esta ciudad de forma pionera y no sin cierta polémica inicial. El concejal de Infraestructuras, César Mosquera, ideólogo del modelo urbano de la capital, también incidía pocos días después en ese aval normativo, tras conocer el borrador de dicha modificación del código circulatorio, derivada de la reforma previa de la Ley de Seguridad Vial en fase de tramitación parlamentaria.
Con la idea de reducir la siniestralidad en los cascos urbanos y configurar ciudades más cómodas y sostenibles, la Dirección General de Tráfico introducirá el límite de velocidad a 30 kilómetros por hora en calles con sentido único o un solo carril, como ya establece la ordenanza municipal en vigor, aprobada por el Concello en el 2010.
Además, en aquellas vías de plataforma única con calzada y acera al mismo nivel, donde conviven coches, bicicletas y peatones con preferencia para estos últimos, la velocidad máxima será de 20 kilómetros por hora. Un diseño urbanístico y unas medidas en las que Pontevedra lleva trabajando desde el año 2000 y que acaban de tener su última expresión en la reciente reforma de Benito Corbal. Este modelo de calle, tan asumido ya por los pontevedreses, pasa a regularse específicamente como novedad en el nuevo Reglamento de Circulación.
En cuanto a los polémicos lomos o resaltos en los pasos de peatones, la DGT no los considera obstáculos, sino elementos físicos para calmar el tráfico y se remite a la regulación básica establecida al efecto por el Ministerio de Fomento, pero solo en las carreteras estatales. En el caso de las vías urbanas, deja en manos del Ministerio del Interior su futura regulación.
Otras ciudades
Otras ciudades y villas de la provincia tendrán que adaptarse casi desde cero a la futura normativa de Tráfico. La única calle con zona 30 en los municipios de O Salnés es la rúa Luis Seoane de O Grove. En Vilagarcía, siguiendo el modelo de Pontevedra, se incluyó en una ordenanza municipal, pero no se aplicó todavía.
La medida que sí tiene cada vez mayor implantación es la de nivelar las aceras con las calzadas, lo cual obliga a moderar, en todo caso, la velocidad. Donde más se ha extendido este modelo es en Cambados. Casi todas las calles de su casco histórico responden a una estética de plataforma única.
En cuanto a los lombos o resaltos para frenar a los vehículos en los pasos de peatones, se prodigan por todos los ayuntamientos. Los hay en Vilagarcía y Cambados, mientras que en O Grove solo se instalaron en a Illa de A Toxa y en la calle Hortos. El concejal de Seguridad Ciudadana de este Concello siempre se manifestó en contra de este sistema.
Lalín acondicionó hace cuatro años una ecovía en la principal calle de la movida nocturna, donde se limitó la velocidad a 30 kilómetros por hora y también se instalaron «lomos de burro», como allí los llaman, con un importante desnivel. En otras zonas muy transitadas, próximas al instituto, al auditorio municipal y al pabellón de deportes, existen igualmente estos resaltos para mayor seguridad.
Finalmente, en A Estrada hay puntos del casco urbano con velocidad limitada a 40 y pasos elevados de peatones, que generaron quejas por daños en los vehículos.
Pontevedra lleva una década de ventaja en la movilidad sostenible
En Vilagarcía solo hay límite de 30 kilómetros por hora en la calle Luis Seoane