Además del aspecto científico, destaca que el congreso será un gran escaparate turístico
09 mar 2014 . Actualizado a las 07:00 h.Carmen Salinero es doctora en Biología y responsable de la Unidad de Fruticultura y Ornamentales de la Estación Fitopalóxica do Areeiro. Preside desde el 2004 la Sociedad Española de la Camelia y es el alma mater a nivel técnico -la diputada Begoña Estévez lo es a nivel institucional- del Congreso Internacional de la Camelia que, organizado por la Diputación, reunirá esta semana en Pontevedra a 250 investigadores, profesionales y aficionados de todo el mundo. Es la primera vez que se celebra en España un encuentro de esta trascendencia, aunando el intercambio científico con la promoción turística de las Rías Baixas.
-De este congreso se empezó a hablar en el 2009 ¿Cómo ha sido este largo proceso hasta su celebración?
-Fue en Londres, en el 2008, cuando la Sociedad Internacional de la Camelia nos propuso presentar la precandidatura de Pontevedra, durante el congreso celebrado en Cornwall. Luego vino aquí una delegación de la ICS y hubo reuniones entre los responsables de esa Sociedad y de la Diputación para evaluar los lugares de visita propuestos y de celebración del evento. Después tuvimos que hacer la presentación oficial de la candidatura en Kurume (Japón), en el congreso del 2010. Y en el del 2012, que se celebró en Chuxiong (China), ya se produjo el nombramiento oficial de Pontevedra como sede del congreso del 2014. Ese mismo día empezó a funcionar la web en la que habíamos estado trabajando desde meses antes, para que la gente se informara de a dónde iba a venir dos años después.
-¿Es complicado organizar un congreso como este?
-Es complicado porque, aunque creamos que el correo electrónico funciona muy bien y no falla nunca, es mentira. Hubo que superar muchos problemas de comunicación sobre todo con los países de Asia, por el idioma, los cambios horarios... Hay que darse cuenta de que viene gente muy variada y de muchos países diferentes.
-¿Es un encuentro científico, cultural, turístico? ¿Qué es lo que prima?
-Es de todo. El fin primero es el científico porque como tal congreso se van a presentar trabajos de investigación y estudios de diferentes temáticas sobre la camelia. Habrá sesiones sobre camelias antiguas, sobre jardines y turismo, plagas y enfermedades, técnicas de caracterización e identificación y usos de los productos de camelia. Pero a la mayoría de los participantes lo que realmente les interesa es ver plantas, que les enseñemos nuestros jardines. Y toda esa gente que viene de 16 países diferentes, luego va a traer a otra gente a ver esas camelias. Ellos son un poco como embajadores de sus respectivos países, porque muchos son presidentes o directivos de asociaciones como la nuestra. En ese sentido, este congreso es un gran escaparate turístico y una oportunidad única para promocionar las Rías Baixas y Galicia y para atraer visitantes de todo el mundo a conocer nuestra cultura y nuestro patrimonio histórico y paisajístico en torno a la camelia.
-Entiendo que el perfil del congresista es muy variado. ¿Qué relación tienen con la camelia? ¿Son botánicos, son viveristas, cultivadores?
-Botánicos vienen los dos más importantes del mundo, el japonés Tanako y el chino Gao Jiying, que ahora mismo están organizando toda la nomenclatura a nivel mundial de camelia, porque están apareciendo especies nuevas en zonas como Vietnam, donde está la camelia amarilla. Y viene también Orel, de Australia. Tendremos a directores de jardines botánicos, representantes de turismo de distintos países y una importante delegación de las regiones chinas de Yunnan y de Dali, donde se celebrará el congreso del 2016. Asistirán, además, viveristas, paisajistas, industriales, empresarios y gente amateur.
-La frase más repetida de cara a este congreso es que la camelia encontró en Galicia su paraíso. ¿Qué tiene esta tierra para que se dé tan bien?
-Tenemos el suelo ácido, la humedad y la temperatura que necesita para favorecer su cultivo y larga floración. Gracias a esa climatología y a esa acidez del terreno, aquí la planta crece como árbol en vez de como arbusto.
-¿El interés en España por la camelia se limita a Galicia o se extiende a otras comunidades?
-Galicia es pionera, está claro. Hay zonas como el País Vasco y Asturias donde también se da bien la camelia, aunque allí no hay la tradición que tenemos nosotros de poner una camelia en todos los jardines. Ahora están viendo que nosotros encontramos ahí una vía de entrada de dinero, que hemos sido capaces de potenciar su vertiente turística creando una ruta de doce jardines de camelias maravillosos, -ocho en la provincia de Pontevedra- y de potenciar otros usos de esta planta, como la producción de té o de aceite. Otras comunidades españolas quieren seguir nuestra línea de trabajo. Pero también están copiando nuestra ruta en Francia, en Italia y en muchos sitios, calcando incluso nuestros folletos.
-¿Entonces, el cultivo de la camelia es un buen negocio? ¿Galicia exporta esta planta?
-Muchas familias viven de la camelia y su cultivo genera bastante mano de obra. En el sur de la provincia tenemos uno de los viveros más importantes, Rio Tollo, en Goián, que vende una planta de calidad y debe estar ahora por el millón al año. También está Denoy, en Arzúa, y hay otros repartidos por las provincias de Pontevedra y A Coruña. La camelia gallega se exporta sobre todo a Europa, de aquí sale para Holanda, Alemania, también algo para Turquía, Polonia. Incluso se vende en Portugal.
-¿Cúantas especies y variedades tenemos en Galicia?
-Exactamente no se sabe. Pero si en el mundo hay 200, en Galicia tenemos unas 150. Y variedades, 5.000.
-¿Cómo le ha afectado el crudo invierno gallego a esta planta aparentemente delicada?
-No es tan delicada como parece. Ese es un error de la gente. En mi casa, los temporales me rompieron cristales, pero los árboles siguen llenos de flores. Se caen unas y florecen otras y así desde septiembre hasta mayo.
-¿Por qué está tan vinculada a los pazos? ¿Es una flor elitista?
-Al principio estas plantas solo crecían en pazos y casas señoriales porque la jardinería ornamental no existía para la gente que tenía que comer de su huerta. Pero hoy en día todo el mundo tiene camelia. Poco a poco su cultivo se popularizó y se fue incorporando a todos los jardines privados y a las calles y parques de las ciudades.
carmen salinero Corral bióloga y presidenta de la sociedad Española de la camelia
«A pesar de los temporales, los árboles siguen llenos de flores»
«La camelia gallega se exporta sobre todo a Europa»
«La mayoría de los congresistas quieren ver plantas y jardines»