El Concello frena la tramitación de la nueva normativa de ruidos

Serxio Barral Álvarez
Serxio Barral PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA

Uno de los problemas de la «movida nocturna» es el ruido en el exterior de los locales.
Uno de los problemas de la «movida nocturna» es el ruido en el exterior de los locales. Ramón leiro< / span>

La actual ordenanza es del año 2000 y se considera demasiado restrictiva

20 abr 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

La pretensión del Concello de Pontevedra de contar con una nueva ordenanza de contaminación acústica en este mandato parece diluirse. Pese a que hace más de un año se contrató una asistencia técnica para proponer un nuevo proyecto de normativa y pese a que dicho documento está ya listo, fuentes del área municipal de Urbanismo confirmaron a La Voz que no se prevé su tramitación a corto plazo.

Renovar la ordenanza de contaminación acústica era uno de los cuatro retos, en materia legislativa, que se marcó el teniente de alcalde de Urbanismo, Antón Louro (PSOE), al comienzo del actual mandato. Dos ya han sido aprobadas, la ordenanza que regula los furanchos y la simplificación administrativa. Y la que pretendía implantar la ordenanza técnica de edificios, está pendiente de adaptar a nuevas determinaciones autonómicas.

No distingue entre negocios

En cuanto a la de ruidos, desde el Concello se considera que la normativa actual, aprobada en el año 2000, es demasiado restrictiva, ya que no distingue bien entre los diversos tipos de negocios y prácticamente exige el mismo nivel de aislamiento para montar una discoteca (80 decibelios) que para una simple cafetería (70).

Este aspecto era uno de los que se quería corregir con la tramitación de una nueva ordenanza, pero no era el único. También se quería dar voz en la redacción a los principales afectados por los ruidos, que son los vecinos de las zonas que concentran establecimientos de ocio, y a los empresarios de hostelería, que tienen que hacer frente a los gastos que conlleva aislar correctamente un local, que puede llegar a rondar los cien mil euros.

La normativa del año 2000 se hizo pensando más en los vecinos y buscando poner coto a un problema importante en la ciudad como eran los excesos de la movida nocturna.

Ahora, Louro buscaba una cierta laxitud en la norma para favorecer la creación de nuevos negocios, pero aunar los intereses de ambas partes parece misión imposible.