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«Instrucción dura, combate fácil»

Alfredo López Penide
López Penide PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA

La Brilat despide al contingente de Afganistán, una misión de riesgo «calculado»

21 nov 2014 . Actualizado a las 05:00 h.

Si hace unos días, la Brilat despidió a los militares de la misión de Mali, cuyo segundo y último vuelo de despliegue partirá hoy del aeropuerto de Lavacolla, ayer le tocó el turno a los cerca de 280 soldados que retornará a un escenario que la brigada conoce muy bien: Afganistán. De hecho, esta será la séptima misión -en el 2010, la brigada prácticamente simultaneó dos misiones, una de seguridad y otra de adiestramiento de las Fuerzas Armadas de Afganistán- en la que tomen parte los militares pontevedreses.

Al frente de ellos, el teniente coronel Jesús Manuel Diego de Somonte Galdeano, quien pisará por segunda vez este país asiático -«voy de jefe del contingente cuando hasta ahora he ido como un integrante del mismo»-. Se trata de un militar bregado, con media docena de despliegues internacionales a sus espaldas y que en Pontevedra dirige el batallón Zamora, la unidad que aporta el grueso de las tropas a esta campaña.

La Brilat se integrará en la operación Apoyo Decidido (Resolute Support) que la OTAN dará comienzo el 31 de diciembre, día en que se pondrá fin al mandato de la Fuerza Internacional de Asistencia a la Seguridad, bajo cuyo paraguas se produjeron los anteriores despliegues de la brigada. Desde su perspectiva, este operativa «es la evolución lógica» de la misión en Afganistán, «toda vez que la coalición internacional, poco a poco, va dando paso a las autoridades nacionales afganas a que lideren el proceso en su país. Básicamente, les estamos acompañando de la mano y, a lo largo del año que viene, les vamos a soltar». De este modo, el objetivo es que, a finales del 2013, «dirijan todos los aspectos, tanto de la vida civil como de seguridad y militar».

En cuanto al cometido concreto de las tropas pontevedreses, este consistirá en garantizar «la seguridad inmediata y próxima» de la base y aeropuerto de Herat. En este sentido, el general jefe de la Brilat, Luis Cebrián Carbonell, precisó que el principal problema riesgo de un ataque podría derivar del hecho de que tengan que vigilar «el cinturón de seguridad externo, el que está expuesto a la agresión de los talibanes, si es que esta llega a producirse».

A la pregunta de si se trata de una misión peligrosa, el máximo responsable de la brigada remarcó que «todas las operaciones en las que participan fuerzas militares deben entrañar riesgos, si no no nos enviarían». Por su parte, el teniente coronel Diego de Somonte empleó el término de «calculado» para referirse al riesgo que pueden correr los soldados pontevedreses en Afganistán.

A este respecto, acudió a un viejo adagio militar para resaltar la preparación de unos soldados que, por término medio, acumulan experiencia de tres o cuatro misiones previas: «Instrucción dura, combate fácil». El teniente coronel precisó que se han «adiestrado e instruido en el ambiente más hostil, muy por encima del riesgo que podemos encontrarnos allí para afrontarlo perfectamente. Si fuera más difícil de lo que pudiéramos soportar, no iríamos», matizó.

En todo caso, reconoció que la situación que se respira en Herat no es la misma que hace cuatro o cinco años, así como tampoco es comparable a lo que se puede encontrar en otros puntos de la geografía del país. El hecho de que sea un entorno urbano con millón y medio de habitantes minimiza, pero no elimina, la implantación de la amenaza insurgente y talibán.

En este punto, subrayó que «El Gobierno afgano y la coalición internacional han dado la vuelta a la misión y actualmente es asumible. La amenaza que tenemos está bastante controlada».