Hace veinte años que San Fernando se convirtió en sede universitaria
22 dic 2014 . Actualizado a las 05:00 h.La Facultade de Belas Artes de Pontevedra tiene un doble motivo de celebración en este curso. Por un lado, se cumplen 25 años de su creación, y por otro, hace veinte años que el viejo cuartel de San Fernando se convirtió en su sede, después del paso por el Antiguo Hogar. Los profesores que vivieron aquellos inicios lo recordaban estos días en el diario de la Universidad de Vigo, comenzando por Juan Fernando de Laiglesia, su primer decano, José Chavete, que le sustituyó en el cargo cuando se produjo el traslado, y Juan Carlos Meana, profesor de la facultad desde 1993 y actualmente al frente del decanato.
Todos coinciden en que aquel fue «un salto inmenso». Los comienzos de Belas Artes en el Hogar Provincial de la calle Sierra, donde hoy se alza majestuoso el Sexto Edificio del Museo, estuvieron marcados por un invierno «frío y lluvioso», con 120 alumnos y profesores de la primera promoción dando sus incipientes pinceladas creativas con los guantes y los abrigos puestos en unas improvisadas aulas sin calefacción, cedidas por la Diputación. Unas aulas que, además, no pudieron ocupar hasta noviembre porque al inicio del curso no estaban rematadas las reformas mínimas necesarias para acoger un centro universitario. Tanto es así, que De Laiglesia, recuerda que esas primeras lecciones fueron abiertas al público y se tuvieron que dar en el Teatro Principal. Fue una etapa que, en todo caso, recuerda con cariño, ya que «con poco medios, con frío y mucha ilusión comenzó la formación de las nuevas generaciones de artistas».
Salida de los militares
Aquella primera sede se quedó pequeña ya en el tercer curso y dio paso a las movilizaciones del alumnado para reclamar a las instituciones un nuevo edificio de las artes. Se barajaron varias posibilidades y finalmente la solución se encontró en el antiguo cuartel de San Fernando que los militares estaban a punto de abandonar. Esa salida se produjo el 15 de diciembre de 1992 en un acto protocolario castrense celebrado en el patio interior del inmueble, con asistencia de todos los estamentos locales. Y a partir de ahí, comenzó la reforma del edificio de la antigua Maestranza, con tres siglos de historia, para convertirlo en la nueva Facultad de Bellas Artes.
El proyecto de reforma le fue encomendado al prestigioso arquitecto pontevedrés César Portela y la obra no fue ajena a la polémica, entre otras cosas, por la rebaja de la protección patrimonial del edificio para poder acometerla. La remodelación fue complicada y se alargó más de lo previsto, lo que motivo que los alumnos volvieran de nuevo a la calle para demandar su agilización, como también recuerdan los ex decanos José Chavete y Juan Fernando de Laiglesia. «Hubo mesmo un peche no edificio do cuartel», añade este último docente.
El propio Portela reconoció en varias ocasiones que fue una reforma compleja convertir un cuartel cerrado en un espacio abierto y luminoso para las enseñanzas artísticas. Finalizada la obra, que duró más de dos años, comenzó el traslado, también complicado porque se realizó con el curso ya iniciado y el equipamiento del inmueble sin completar, hasta que la situación se fue normalizando.
Pero a Bellas Artes, que desde el principio compartió inmueble con la Escuela de Restauración y más tarde con los Estudos Superiores de Deseño Téxtil e Moda (Esdemha), «siempre le faltó espacio», dice Chavete.
Dos décadas después, cerca de 650 alumnos cursan en el antiguo cuartel de San Fernando sus estudios de grado, máster o doctorado. Y Meana, su actual decano, también incide en que «o que hai vinte anos era abundancia agora queda pequeno». La posibilidad de que la Universidad pueda contar con un nuevo Edificio das Artes a orillas del Lérez, en el antiguo solar de Tafisa, sigue en el aire, pendiente de buscar vías de financiación con un horizonte puesto en año 2020.