Al contrario de lo que se creía, un estudio asegura que una veintena de genes garantiza la supervivencia del cromosoma Y
23 abr 2014 . Actualizado a las 22:42 h.El sexo masculino puede respirar tranquilo, ya que su futuro está asegurado: el cromosoma Y, cuya presencia determina que una persona nazca como hombre, es más estable de lo que se creía hasta ahora, según un nuevo estudio que publica hoy la revista Nature.
Una comparación de diferentes especies de animales muestra que una serie de genes ha sobrevivido millones de años en el cromosoma Y. Se trata de genes que no solamente están relacionados con los testículos o la producción de esperma, sino con otras funciones vitales.
«En el cromosoma Y se mantienen una decena de genes que actúan en células y tejidos en todo el cuerpo», cita la revista a David Page, del Instituto de Tecnología de Massachusetts en Cambridge. «La evolución nos muestra que estos genes son realmente importantes para la supervivencia», añade su compañero Daniel Bellott, principal autor del estudio.
Una investigación anterior había mostrado una dramática pérdida de genes en el cromosoma Y a lo largo de 300 millones de años de evolución. Sólo 19 de los 600 genes que contenía inicialmente aún se mantenían. De ellos, en los últimos 25 millones de años el cromosoma ha perdido sin embargo sólo uno más, señalan ahora los científicos.
La pérdida masiva de genes era vista por los genetistas como un indicio de que el cromosoma Y desaparecerá algún día.
Page, Bellott y otros miembros de su equipo investigaron genes que aparecen tanto en el cromosoma Y como en el X. Compararon esos pares en el genoma de animales emparentados en grado diverso con los seres humanos: chimpansés, macacos, monos tití, así como ratones, ratas, vacas, didelfimorfos y pollos.
Los científicos llegaron a la conclusión de que la pareja de cromosomas XY en los seres humanos es clave para la producción y estabilidad de la albúmina. Y que los genes de las parejas XY funcionan solamente cuando están dobles, uno solo no es suficiente.
A una conclusión similar llegó el equipo en torno a Henrik Kaessmann y Diego Cortez de la Universidad de Lausana en Suiza, que comparó los cromosomas sexuales de 15 mamíferos y cuatro especies de aves. Los científicos establecieron que el gen SRY, que determina el sexo en los mamíferos, tiene 180 millones de años.
David Page y su equipo quieren descubrir ahora cómo actúan exactamente estos genes tan antiguos en el cromosoma Y. «Hay una clara necesidad en la investigación biomédica de ir más allá del modelo independiente del sexo», comentó Page.
Las enfermedades que afectan de manera diferente a hombres y mujeres tienen que ser investigadas con mayor profundidad, como el síndrome de Turner, en el que las afectadas solo tienen un cromosoma X, indicó el experto.