El alzhéimer afecta a 63.000 personas en Galicia y la incidencia va en aumento
SOCIEDAD
Esta enfermedad tiene especial presencia en la comunidad por el alto índice de población envejecida
19 sep 2016 . Actualizado a las 05:00 h.La enfermedad del olvido campa a sus anchas en Galicia, donde el alto índice de población envejecida hace que este trastorno esté cada vez más presente en la sociedad. Aunque no existe un censo oficial sobre los afectados, la Confederación Española de Asociaciones de Familiares de Alzhéimer y otras Demencias (Ceafa) calcula que un 13,2 % de las personas mayores de 65 años padece esta dolencia, lo que se traduce en cerca de 810.000 pacientes en toda España, de los que cerca de 63.000 residen en Galicia.
«Las cifras van en aumento en la comunidad porque es una patología que está directamente relacionada con la edad, y al incrementarse la esperanza de vida, también aumentan el número de casos», reconoce Elena Viqueira, directora técnica de Afaco (Asociación de Familiares del Alzhéimer de A Coruña), que confiesa que las expectativas de futuro son poco alentadoras. Aunque ha habido muchos avances para intentar frenar los efectos de esta demencia senil, lo cierto es que, por el momento, «no hay un tratamiento efectivo que permita curarla o paralizar su avance, y hay que ser muy cautelosos a la hora de hablar de todos estos tratamientos», apuntó Viqueira, quien también quiso hacer especial hincapié en la importancia de la prevención y unos adecuados cuidados para el enfermo.
La combinación de diferentes terapias de estimulación con algunos fármacos es por el momento la principal alternativa a la que se agarran las personas con alzhéimer, cuya esperanza de vida ha aumentado ligeramente, puesto que pueden pasar hasta veinte años desde que se diagnostica y hasta que se produce el desenlace final. «Hace una década el índice de supervivencia era de 15 años, pero gracias a los avances médicos se ha podido ampliar, aunque no se puede generalizar y siempre depende de cada caso», destacó la directora técnica de Afaco.
Primeros síntomas
Este miércoles se celebra el Día Mundial del Alzhéimer, una enfermedad cuyos primeros pasos suelen atacar a la memoria a corto plazo, cuando una persona tiene dificultades para hacer las tareas del día a día, como cocinar o contar el dinero para pagar la compra, a lo que se unen los problemas con la orientación temporal, cuando no se sabe ni qué día es. Si aparecen estos primeros síntomas en una persona mayor de 65 años es cuando hay que comenzar a preocuparse y acudir a los especialistas para iniciar cuando antes un tratamiento. Se ha demostrado que las terapias de estimulación cognitiva son vitales para intentar frenar el avance de esta enfermedad del olvido, unos tratamientos a los también se han unido las nuevas tecnologías, a través de programas específicos en ordenadores y tabletas. Talleres de ejercicio físico, música o relación intergeneracional con niños y jóvenes han dado muy buenos resultados, mientras que se espera el descubrimiento de un tratamiento efectivo que consiga acabar con esta demencia que borra la mente.
Investigaciones que van desde la neutralización de genes hasta una nueva vacuna
El alzhéimer es una enfermedad neurodegenerativa que se manifiesta a través de un deterioro cognitivo y de trastorno de la conducta, a causa de la muerte de las neuronas y de la atrofia del cerebro. Por el momento, no hay una cura contra esta demencia, pero hay investigaciones que han conseguido algún logro. Así, dos grupos de científicos de Reino Unido y Francia identificaron tres nuevos genes relacionados con este mal, lo que podría reducir hasta en un 20 % las tasas de incidencia. Según sus estimaciones, neutralizando la actividad de estos genes se podrían prevenir en un país como Inglaterra (con una población de 61 millones de personas) 100.000 nuevos casos al año de la variante más habitual del alzhéimer, la que se sufre en edad avanzada.
También el equipo dirigido por el doctor Ramón Cacabelos está trabajando en el desarrollo de una vacuna que tiene carácter dual, es decir, tiene una actividad profiláctica, evitando que este tipo de demencia pueda manifestarse en los pacientes con propensión a padecer esta enfermedad; y otra terapéutica, ayudando a reducir los síntomas asociados a la misma. El mecanismo de actuación consiste en la generación de anticuerpos contra la acumulación anormal de un tipo de proteína -beta-amiloide- en las células nerviosas (proteinopatía), lo que acaba desencadenando el alzhéimer. Al mismo tiempo, la vacuna es rica en una clase de molécula (lípido complejo), llamada esfingosina-1-fosfato, que ayuda a la regeneración neuronal.