Las nuevas tecnologías permiten rebajas del 30 % en el coste de los servicios públicos
15 ene 2012 . Actualizado a las 07:10 h.Santiago se gasta al año 6,9 millones de euros en la recogida y eliminación de residuos, 3,1 en la limpieza viaria, 2 en el alumbrado de calles y la iluminación de los edificios del Concello o 3,2 en la conservación y mantenimiento de sus parques y jardines. El peso que tiene el coste de los servicios públicos en las arcas municipales es enorme. La crisis ha puesto en boca de los políticos palabras como recorte, pero es posible ahorrar y mejorar las prestaciones que reciben los ciudadanos. ¿Cómo? Aplicando soluciones de Ciudad Inteligente.
A Coruña acaba de anunciar una inversión de 11,5 millones para transformarse en Smart City -en inglés, Ciudad Inteligente-. Un término que podría resumirse en aprovechar las tecnologías de la información y la comunicación para aplicar sentido común a la gestión de los servicios municipales. Farolas y semáforos que se encienden cuando pasan coches y peatones y que se apagan cuando la calle está desierta, contenedores de basura que solo se recogen cuando están llenos o jardines que se riegan nada más que cuando las condiciones climáticas lo hacen preciso son ejemplos prácticos de lo que significa ser una Ciudad Inteligente.
Eficiencia
No es ciencia ficción, es realidad. Y permite ahorros que se estiman en torno al 30 % en el coste de los servicios públicos al tiempo que se mejora la calidad de estas prestaciones porque son más eficientes. En el caso de Santiago, teniendo en cuenta que los servicios municipales esenciales suponen un coste de 17,1 millones de euros anuales, el ahorro estaría en torno a los 5 millones.
Todos los ámbitos de la gestión municipal son susceptibles de aplicar soluciones de Ciudad Inteligente. Además de alumbrado público, limpieza y basuras o parques y jardines es posible mejorar la eficiencia de los recursos destinados al mantenimiento de las flotas de vehículos, el transporte público, la salud o la seguridad ciudadana.
El denominador común es aprovechar las posibilidades que ofrece la Red y las tecnologías digitales para recoger información en tiempo real sobre todo tipo de datos. Desde el tráfico en cada calle, la iluminación, el tiempo que hace o lo llenos que están unos contenedores de basura. Esa información, convenientemente analizada y tratada en un centro operativo, permite tomar decisiones al minuto que dan respuesta a las necesidades de la ciudad ajustando al milímetro los costes porque, gracias a toda la información recabada, se destinan los recursos justos en cada momento. Ni más ni menos.
Casos concretos
«Cada ciudad es distinta y por ello necesita soluciones específicas», explica Elena Alfaro, experta en Smart Cities del centro del Centro de Innovación del BBVA. Por ello, el camino hacia la Ciudad Inteligente exige estudios que indiquen cómo y dónde se puede actuar en función de las necesidades. En España hay ciudades que ya están trabajando con este planteamiento. Y de todos los tamaños, desde grandes urbes como Madrid o Barcelona a medianas como Santander, Málaga u Oviedo y también pequeños municipios como como Sant Cugat o Riudarenas, ambos en Cataluña.
Limpieza y recogida de basura
Entre los servicios municipales, el de la limpieza viaria y la recogida de basuras es la partida más importante. Tuvo un coste anual en el 2010 de 11,6 millones de euros. El 10 % del presupuesto municipal, según la Concellería de Facenda.