Santiago se echa a la calle para protestar contra los recortes

La Voz

SANTIAGO

Álvaro Ballesteros

El Hospital Clínico, el concello o los juzgados han sido escenarios de concentraciones en contra de las medidas de Rajoy. En la Xunta se celebró una asamblea

13 jul 2012 . Actualizado a las 20:21 h.

Poco a poco las movilizaciones en contra de los recortes anunciados por Rajoy comienzan a tener más eco entre los distintos sectores compostelanos. Si ayer fueron la Xunta y la Praza del Obradoiro los escenarios de la grandes protestas, esta mañana, y en el que ya se empieza a conocer como viernes negro (se invitó a muchos funcionarios a ir vestidos de negro a sus puestos de trabajo), centenares de trabajadores quisieron dejar clara su disconformidad con las duras medidas del Gobierno.

De 11.00 a 12.00 horas los soportales del ayuntamiento acogieron una protesta de cerca de 70 funcionarios de Raxoi. Los concentrados gritaron durante cerca de una hora consignas contra Rajoy y ya avisaron que tratarán de mantener un paro semanal en contra de los recortes.

A las 12.00 horas la protesta se trasladó al Hospital Clínico, donde cerca de 300 trabajadores hicieron sonar sus bocinas, en la que, según valoraciones sindicales, es la mayor movilización de los casi 13 años de historia del centro. Rechazaron «as novas medidas de recortes anunciadas polo Goberno Central» que califican como «un atentado gravísimo contras as condicións laborais e salariais dos traballadores/as da sanidade pública» y corearon diversas consignas en contra. Entre ellas solicitaban la dimisión del presidente Mariano Rajoy. Personal médico, de enfermería y no sanitario se reunieron en el vestíbulo y posteriormente salieron al exterior.

También al mediodía, pero en los juzgados de Fontiñas, más de 50 funcionarios del ámbito judicial quisieron dejar clara su repulsa. Gritos y lemas en contra de Rajoy fueron la nota predominante en la protesta.

Del Obradoiro al Parlamento

Ayer por la tarde, a partir de las 20.00 horas, la praza del Obradoiro fue escenario -por segundo día consecutivo- de una protesta ciudadana. El mismo sitio que reunió el año pasado la indignación del movimiento 15-M vuelve a convertirse en epicentro de los gritos en contra de los recortes. La concentración de ayer se prolongó durante cerca de una hora y en ella se contó con la participación de cerca de 200 personas, de diversos sectores y edades (se pudo ver a varias familias). Pasada una hora, cerca de 100 manifestantes se trasladaron al Parlamento para continuar allí con sus protestas. Tras varias conversaciones con los agentes desplazados, que les explicaron que no les estaba permitido prolongar allí su protesta, la concentración se disolvió en torno a las 22.00 horas.

En la mañana del jueves, más de 400 funcionarios de la Xunta ya habían protagonizado una gran pitada en contra de los recortes anunciados por Rajoy. De 11.30 a 12.00 horas los trabajadores se levantaron de sus asientos para parodiar la invitación que les había pedido Rajoy de que hicieran un gesto. Los funcionarios izaron cartulinas en las que figuraba impreso y bien visible un corte de mangas. Tampoco faltaron invitaciones al presidente para que se marchase al fútbol. Pero más allá de las dosis de humor, la de ayer fue una jornada caracterizada por un ambiente de creciente irritación colectiva, algo que suele ocurrir cuando al trabajador le hurgan en el bolsillo.